La suerte quiso que a finales de agosto la ontinyentina Cristina Cabañero Mora viajara a Cluj-Napoca (Rumanía) con la Selección Española de Baloncesto, acompañada por su cuñada, la zamorana Mª Dolores Charro Mayado. 
Aunque natural de El Peral (Cuenca), Cristina ha residido en la capital de la Vall d’Albaida desde hace unos 30 años, por lo que se siente ontinyentina y conquense a partes iguales. 
Toda esta aventura empezó cuando el hijo de la ontinyentina entró en el sorteo de Fiat (patrocinador oficial de la Federación Española de Baloncesto) de un viaje de 5 días a Cluj para presenciar el Eurobasket tras la compra del nuevo Fiat Punto ‘Ñ Edition’, una edición limitada. “Yo le dije a mi hijo que esas cosas no tocaban”, relata Cristina, “pero cuál fue la sorpresa que sí nos tocó”, añade emocionada.
En plenas fiestas de Moros y Cristianos de Ontinyent desde Fiat les comunicaron la buena noticia y no podían creérselo. Por motivos laborales, ninguno de los dos hijos de Cristina ni su marido podían acudir en las fechas indicadas, pero la organización obligaba a que una de las dos plazas debía estar ocupada por un miembro de la familia. Así las cosas, “me decidí a ir yo y se lo propuse a mi cuñada”, cuenta Cristina.

A pesar de que no son grandes aficionadas al baloncesto, Cristina y Mª Dolores lo pasaron en grande y ahora “no nos perdemos ningún partido”, relatan. Viajaron desde Madrid en el mismo vuelo que las estrellas de la ÑBA y el equipo técnico, y tuvieron la ocasión de departir con los mismos jugadores y entrenador, Scariolo, y fotografiarse con ellos. Les impuso la gran altura de los jugadores, pero también la simpatía de todos ellos. La ontinyentina tuvo la oportunidad de sentarse a hablar con Pau Gasol, a quien define como “muy agradable y muy cercano”. También pudieron charlar con Juan Carlos Navarro, Fernando San Emeterio o los hermanos Hernángomez. “Nos preguntaban cómo habíamos conseguido el viaje y estaban muy dispuestos a fotografiarse con nosotras”, explica, “pero también estaban muy pendientes del móvil”, añade medio en broma. Asimismo, también conocieron a algunos de los familiares de los jugadores.
Presenciaron los dos primeros partidos de la Selección contra Montenegro y la República Checa, con sendas victorias incluidas que celebraron izando la bufanda con los colores de España, en un lugar privilegiado de la grada, y también hicieron turismo por la ciudad de Cluj y se hospedaron en uno de los mejores hoteles. “Ha sido una experiencia que nunca olvidaremos, volvimos alucinadas y nos reímos muchísimo”, concluyen.