En las últimas anualidades, las 44 plazas de las que disponía la Escuela Infantil Municipal resultaban insuficientes para cubrir la demanda del servicio. Es, por eso, que hace dos años el Ayuntamiento de Bocairent decidió iniciar la ampliación del centro para garantizar la matrícula a cualquier familia interesada. La iniciativa ha supuesto tanto la construcción de una nueva aula como la reconfiguración de las unidades autorizadas para aumentar las plazas.
En cuanto a la ampliación de las instalaciones, se ha edificado un módulo de 47 m² útiles, el cual se ha adherido en los espacios ya existentes. De este modo, se ha conseguido una nueva aula y un nuevo patio interior, así como una reconfiguración del espacio destinado a comedor. La inversión ha tenido un coste de 98.000 euros, de los cuales 50.000 provienen de la Diputación de València y la parte restante del consistorio. Además, la Concejalía de Educación también ha invertido 17.333,25 euros en mejoras de accesibilidad y 24.239,15 euros en el sistema antiincendios del centro.
En cuanto a la reconfiguración de plazas, la autorización publicada el pasado 13 de julio en el Diario Oficial de la Generalitat establece 4 unidades de educación infantil de primer ciclo distribuidas de la manera siguiente: 1 unidad para escolares de 0-2 años, con 8 plazas; 1 unidad para escolares de 1-2 años, con 13 plazas; 1 unidad para escolares de 1-3 años, con 15 plazas, y 1 unidad para escolares de 2-3 años, con 20 plazas. Por lo tanto, un total de 56 plazas que, respecto de los 44 actuales, suponen un incremento de 12 plazas.
Para Vanesa Doménech, concejal de Educación, “esta era una prioridad absoluta, para la cual hemos trabajado muchísimo, puesto que el camino ha sido largo y lleno de obstáculos”. Según explica la responsable municipal, que recientemente visitaba las instalaciones con la directora, el concejal de Obras y el alcalde, “no podíamos seguir dejando fuera niñas y niños, porque siempre hemos tenido claro que la ‘escoleta’ no solo es una herramienta educativa importantísima sino también un instrumento básico para la conciliación familiar y laboral de nuestro vecindario”. “Ahora, por fin, podemos garantizar la matrícula de toda aquella persona que lo deseo”, concluye Doménech.