7.500 espectadores de la Vall d'Albaida y las comarcas vecinas han asistir este año a alguno de los 30 espectáculos que la Mostra Internacional de Títelles ha traído este año a 19 pueblos de la comarca. Cómo valora consejero de Cultura, Fede Vidal, "la Muestra es más que un festival de títeres, es la cita anual de muchos de nuestros pueblos y vecinos con el teatro". 
Del jueves al domingo han pasado 14 compañías por 19 pueblos de la Vall d'Albaida en una muestra que apostaba como nunca por romper las barreras entre actores y espectadores, una circunstancia muy valorada por los escolares que disfrutaron de la programación de jueves y viernes, en ocasiones encima del escenario como en el caso de Kubik de Teatro Paraíso, y que pudieron dialogar al acabar las funciones con los intérpretes como las de Cospress de Kimani que trata la problemática de la obsesión por el cuerpo, en una obra dirigida a los adolescentes, un sector de público al que ha querido seducir este año la Muestra. También el napolitano Gaspare Nasuto con su espectáculo de pulchinela y la explicación posterior de un género con más de quinientos años de historia o la sensibilidad a flor de piel de Lluvia, de Guillem Albà y Clara Peya, quedarán guardados en la memoria y el corazón de los espectadores.


La 33a Mostra Internacional de Títelles cerraba el domingo su 33a edición con la representación de Óscar, el niño dormido del Espejo Negro al Teatro Echegaray de Ontinyent. Se trata del espectáculo de mayor formato de los que han pasado este año por el festival con un temática tan arriesgada como la de un niño en coma tratada con naturalidad y de manera muy pedagógica. Al acabar, parte del equipo comandado por Ángeles González, directora artística, y Josep Talens, coordinador y técnico de Cultura de la Mancomunidad que es la organizadora, se hicieron la tradicional foto sobre el último escenario de la 33a edición.