- ¿Por qué nace este proyecto, vuestro primer disco?
- Los Germans Brothers somos un grupo de versiones. Nos hemos dedicado los últimos años a hacerlo pasar bien a la gente. Hemos tocado canciones que todo el mundo conoce y todo el mundo ha podido cantar.
Pero los músicos somos gente con inquietudes creativas que necesitamos dar a conocer. Últimamente, hemos estado componiendo y grabando canciones propias, tocándolas de cuánto en cuánto en alguna actuación, o bien montando algún video y compartiéndolas en las redes sociales.
No era nuestra idea editar un disco, pero con la situación que estamos viviendo, con toda la actividad parada en los escenarios, pensamos que era el momento de publicar el material que teníamos grabado. Es una manera de no perder el contacto con la gente.
- ¿A qué se debe su nombre, ‘La fuente de la juventud’?
- “La Fuente de la Juventud” es la canción que abre el disco. Es un tema muy melódico, de amor y desamor. Es el deseo de coger los buenos momentos y revivirlos eternamente. La música ha sido y será para nosotros lo que nos hace sentirnos jóvenes y con ganas de continuar adelante.
- ¿Los temas son propios? ¿De qué estilo musical son?
- El disco contiene cinco canciones, todas composiciones originales y con producción propia, con las que hemos procurado no alejarnos demasiado de nuestro sonido de directo. Por supuesto, es un disco de rock.
- ¿Cómo se puede conseguir?
- Hemos editado unas pocas copias en CD con funda de cartón. De momento, lo distribuimos directamente, aunque ya nos han ofrecido su colaboración algunos pubs y comercios de Ontinyent y otras pueblas. El CD es un formato clásico que cada vez se utiliza menos, por eso más adelante haremos un lanzamiento digital. Pero ahora nos hacía ilusión tenerlo en apoyo físico.
- ¿Cómo ha afectado la pandemia al sector de los grupos musicales?
- Esto ha sido la debacle. Algunos compañeros de escenarios han tomado ya la decisión de no volver. No se puede sobrevivir con la música en un mundo donde la vida social y el ocio estarán estigmatizados durante mucho de tiempo. Y tengamos en cuenta que en nuestra ciudad son muchos y muy buenos músicos los que viven de esto.
- ¿En qué porcentaje dirían que han bajado las actuaciones?
- Pasamos de todo a nada. De estar tocando todos los fines de semana, a tener que cerrarse en casa. Después del confinamiento, cuando parecía que remontábamos un poco, volvieron las restricciones, el miedo de la gente a juntarse, las cancelaciones... En general, los músicos del pueblo damos el año por perdido.
- ¿Por dónde piensan que pasa la solución para el sector?
- Suponemos que habrá que reinventarse. Podremos hacer actuaciones con medidas de seguridad, aforos limitados, tocar en el balcón, hacer directos en internet... Pero nada será el mismo hasta que no acabe esta pesadilla. Será cuando volveremos.