El Ontinyent 1931 despedía el año en el año en el Clariano con un empate ante el Calpe que, si bien rompe la dinámica de victorias, demuestra que el equipo tiene no solo calidad, sino también capacidad de trabajo y fe en sí mismo. El equipo ontinyentí iba perdiendo 0-2 al borde del tiempo reglamentario, pero los goles de Jorge García en el 88 tras un saque de esquina y de Rafeta de penalti en el 89 le dan un punto que tiene mucho valor en lo anímico.
El equipo creó ocasiones, pero la madera impidió en hasta seis ocasiones que subieran al marcador. Finalmente, el trabajo y la fe lograron que el equipo no se diera por vencido hasta los instantes finales, cuando llegaron los dos goles.