Las escuelas de verano municipales de Ontinyent, además de consolidarse como herramienta para la conciliación familiar, suponen también un motor de promoción de la ocupación juvenil. Así lo destacaban este lunes el alcalde Jorge Rodríguez y la edil de Política para las Personas, Paula Soler, durante la visita al CEIP Carmelo Ripoll, una de las sedes (junto con el CEIP La Solana y el CEIP Vicent Gironés) donde se está desarrollando la actividad veraniega impulsada por el Ayuntamiento. El alcalde Jorge Rodríguez, expresaba la satisfacción del consistorio por el buen funcionamiento del programa, y subrayaba la importancia de continuar apostando por políticas públicas que den respuesta a las necesidades reales de las familias y a la vez generan oportunidades de futuro para los y las jóvenes.
Con un total de más de 420 niños, niñas y adolescentes participantes, las escuelas de verano han cubierto íntegramente todas las plazas ofrecidas este año, sin dejar lista de espera. Esta edición ha representado un salto cuantitativo y cualitativo respecto a años anteriores, con un incremento del 75% en el número de plazas y la adaptación de las modalidades a las necesidades expresadas por las familias. Esta escucha activa de la ciudadanía ha permitido mejorar la accesibilidad y ofrecer una programación flexible, con tres modalidades diferenciadas que permiten escoger entre primeras semanas, últimas o mes completo.
En la visita realizada, Paula Soler remarcaba que el objetivo de la escuela de verano no es solo dar una respuesta lúdica y educativa a la infancia y adolescencia durante los meses no lectivos, sino también generar oportunidades laborales para la juventud local con un programa “que supone una primera experiencia laboral para muchas personas jóvenes del pueblo. Son más de 40 las que están trabajando actualmente en las escuelas de verano municipales, algunas de ellas con contrato laboral y otros realizando prácticas formativas como parte de su capacitación para acceder al mundo laboral”, explicaba la regidora.
La escuela de verano está financiada en parte por el Plan Corresponsables, impulsado por el Ministerio de Igualdad, pero cuenta también con una aportación municipal propia de 100.000 euros. Esta inversión permite ampliar servicios, garantizar la accesibilidad para familias en situación de vulnerabilidad, y asegurar la calidad del proyecto. La iniciativa, que combina actividades en el mismo centro educativo con excursiones a espacios como el Pou Clar, el Polideportivo, el Museo Textil, el Teatro Echegaray o la plaza de la Concepción, está pensada para que los participantes disfruten del verano de una manera enriquecedora y divertida. “No queremos que los niños y niñas sientan que continúen en la escuela; queremos que se lo pasen bien, que experimenten, que descubran y aprendan de una forma diferente, a través del juego, la convivencia y las actividades dirigidas”, añadía Soler.