A pesar de que el nuevo término acuñado de la “nueva normalidad” no me gusta en absoluto, qué duda cabe de que la situación que estamos viviendo últimamente, particulares y empresas, está cambiando en gran medida, costumbres y modos de trabajar que hasta el momento eran, para mucha gente, poco más que ciencia ficción.
Uno de los mejores ejemplos lo podemos encontrar en el teletrabajo. Todos sabíamos que existía esa “extraña forma de trabajar” que tenían nuestros vecinos europeos y que en innumerables ocasiones provocaba la condescendiente reacción, de barra de bar, de: “ya, pero eso en España es imposible”.
Es cierto que nuestro modelo productivo está basado, en un grado mayor que nuestros vecinos, por profesiones básicamente presenciales. Pero esto no debería ser excusa para que nuestro país ocupe el sexto lugar por la cola en la unión en cuanto a teletrabajo se refiere.
La irrupción del coronavirus y el confinamiento de gran parte de la economía han provocado que muchísimos trabajadores prueben en primera persona la experiencia del teletrabajo y, aunque en muchos casos ha podido ser difícil, hemos visto que sí es posible también en nuestro país.
Es por ello, que muchas empresas están pensando en mantener ciertas prácticas y herramientas de movilidad una vez pase la dichosa pandemia. No obstante, para que esto sea realmente efectivo, en aras de aumentar la productividad de nuestros negocios, debe hacerse bien.
Seguridad y adecuación
Es vital apoyarse en profesionales que nos ayuden a implantar una estrategia de movilidad y teletrabajo que sea segura y adecuada, del mismo modo que de las herramientas necesarias.
Empresas como Soluntec, llevamos tiempo apostando por soluciones en la nube que proporcionen sistemas realmente efectivos a las empresas de cara a apostar por la descentralización del trabajo.
Los sistemas de computación en la nube proporcionan numerosas ventajas al trabajo en remoto:
Total disponibilidad: sistemas y aplicaciones siempre disponibles desde cualquier lugar.
Mayor agilidad: almacenar y compartir contenidos de manera fácil y sencilla.
Colaboración mejorada: favorece la productividad, la creatividad y la innovación.
Mayor eficiencia: sistemas que escalan para adaptarse a las necesidades.
Al mismo tiempo, la nube hace que sea más rápido y sencillo almacenar y compartir datos y contenidos, lo que agilizará los procesos de negocio de la organización, favorecerá la colaboración para un rendimiento mejorado e impulsará la creatividad e innovación. Al ser también fácilmente escalable, la nube permite redimensionar la infraestructura de una manera rápida y efectiva para dar respuesta a las necesidades que surgen en cada momento.
Siempre he sido de los que piensan eso de que “al mal tiempo buena cara”, por lo que, si algo bueno podemos obtener de lo ocurrido, es que, en la actual situación, la nube está permitiendo a muchas empresas ofrecer a sus empleados nuevas experiencias de trabajo que se adaptan a una nueva realidad y que minimizan el impacto en la productividad y funcionamiento de un negocio. Y aprender cosas nuevas, siempre es bueno…