Una invierno templado y una primavera húmeda han diezmado de manera importante la campaña de la almendra en este 2020. “Igual que las cerezas, la almendra necesita mucho frío en invierno; y no le viene nada bien el exceso de humedad para la floración”, explica Vicente Tolsà, desde la Cooperativa de Ontinyent.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) califica de campaña “absolutamente ruinosa” la de este año, y constata mermas de producción de almendra de hasta el 50% en la Comunidad Valenciana, un descenso que “es consecuencia del exceso de lluvias que alteraron la floración”.
Desde Marcaju, empresa de Aielo de Malferit dedicada a la comercialización, comentan que “no hay prácticamente campaña. La producción de almendra ha bajado en más de un 90% respecto al año anterior”. Si normalmente reciben a productores de este fruto seco de Ontinyent, L’Olleria, Castelló de Rugat, Pobla del Duc, etc., este año no ha entrado prácticamente producto, tal y como explican.
AVA-ASAJA lamenta que las importaciones masivas de almendra californiana estén hundiendo el precio de un producto autóctono de “excelentes características” y pide a la industria agroalimentaria valenciana que prime la almendra de la zona. “California constituye el principal productor de almendras del mundo y este año cuenta con una producción récord que, según USDA (United States Department of Agriculture) es un 18% superior al ejercicio anterior, lo que está provocando caídas acusadas del precio de la almendra en España que se sitúa en estos momentos entre los 3 y 3,10 euros el kilo de grano, a excepción de la ecológica que recibe cotizaciones que rondan los 7 u 8 euros por kilo de grano”, explican.
En Ontinyent no hay grandes productores de este fruto, más bien pequeños agricultores, que son precisamente los que “van a desaparecer si se siguen aplicando las políticas agrarias actuales”, denuncia Tolsà. “Tenemos el mejor clima, pero los gobiernos no apoyan, ni publicitan ni fomentan la agricultura, y menos al pequeño agricultor”, añade. Los trabajadores del campo prevén que con las políticas actuales sólo quedarán los grandes productores y que el pequeño trabajará para el autoconsumo.
Algo similar está pasando con la viña. La situación del covid-19 ha provocado que España tenga las bodegas llenas, con vinos que todavía no han tenido colocación, según comenta Vicente Tolsà. Una superproducción que el Gobierno prevé atajar con subvenciones para vendimiar la uva en verde y tirarla al suelo. Sin embargo, por otro lado, “está llegando vino de Rumanía a precios por los suelos. Lo mismo sucede con la naranja, que la traen de África”, señala. La campaña de la uva está a un poco más de la mitad, y aunque la calidad “será buena”, según Tolsà, puede que se reduzca el rendimiento al tener las uvas menos caldo que otros años.