El grupo municipal de Compromís per Ontinyent no gana para cambios. Desde 2011, las dimisiones se han sucedido de manera periódica en la formación nacionalista. En estos diez años, dos cabezas de lista han dimitido, una portavoz ha abandonado y la lista ha tenido que correr bastante para encontrar un aspirante a concejal. Aparte de los líderes caídos, hasta cinco concejales han dimitido en mitad del mandato.
Esta vez, para cambiar a Paloma Alberola, que dimitió la semana pasada, Compromís ha tenido que remontarse al quinto puesto. Los dos siguientes a Alberola, Natxo Mollà i Miguel Angel Múrcia, renunciaron a ser regidores, lo que ha permitido acceder a Maria Àngels Moreno. El ambiente en Compromís per Ontinyent es tan desangelado que a la asamblea en la que Alberola anunció su dimisión apenas acudieron ocho militantes de base.
Y es que la estabilidad no es el fuerte de Compromís per Ontinyent. La antigua formación de Pere Mayor, quien acaba de dar un portazo, entró al primer gobierno de Jorge Rodríguez con un portavoz, Josep Francés, y terminó con otro, Joano Gilabert. Éste, que se presentó de cabeza de lista en 2015, apenas duró un año en la oposición y acabó cediendo el testigo a Sílvia Ureña. Gilabert se encontró con una fuerte contestación interna, especialmente de parte de Nico Calabuig, el actual portavoz, por haber perdido un concejal. Curiosamente, Calabuig se ha mantenido ahora en el cargo pese a haber sumado en 2019 menos votos que Gilabert en 2015. La sustituta de Gilabert fue Sílvia Ureña, pero duró poco de portavoz. Cansada de las intrigas, abandonó la política en septiembre de 2018 y dejó su puesto a Lídia Cháfer. En ese mismo mandato se produjo otro cambio en el grupo municipal de Compromís: Vicent X. Vila sustituyó a Fran Quesada cuando fue nombrado para un cargo en la Generalitat Valenciana.
El enésimo relevo en el grupo municipal de Compromís per Ontinyent se producirá oficialmente en el pleno ordinario de este mes de enero. Paloma Alberola, profesora de inglés, abandonará el acta de concejal sin haber explicado su marcha con otros argumentos que no sea el manido “por “motivos personales” y dejará paso a Maria Àngels Moreno. Otras fuentes indican que su relación con el portavoz, Nico Calabuig, se había deteriorado últimamente y que habían aflorado sus divergencias en cómo afrontar la oposición municipal. Sea como fuere, la realidad es que ser regidor del grupo municipal de Compromís per Ontinyent es garantía de inestabilidad.