- ¿Cómo afronta su tercer año como presidenta?
- Lógicamente, con más experiencia que el primer año. Cosas como presentación de documentación y autorizaciones, que el primer año resultaron un poco complicadas, ya las tenemos más controladas. También la afrontamos con algún cambio en el programa.
- ¿A qué cambios se refiere?
- Este año hemos organizado el concierto de música sacra que tuvo lugar el día 30 de marzo. La iglesia de Santa María acogió el concierto del Nou Orfeó en el que se interpretó el Requiem de Fauré. Ello implicó el tener que ir a Madrid a por un órgano litúrgico, porque el órgano de Santa María está en el coro y nosotros cantábamos desde el altar, por lo que era necesario que el organista estuviera mucho más cerca, para poder tener una conexión visual y por aspectos técnicos de la velocidad del sonido. Concretamente, fui yo a Madrid con una furgoneta a por un órgano litúrgico que posteriormente devolvimos. El concierto contó con la participación del organista Miguel Gironés, que es catedrático del Conservatorio de Valencia y que, aunque no es nacido aquí, es de familia ontinyentina.
- Este concierto, ¿nace con vocación de continuidad?
- Sí, nuestra idea es darle continuidad. Mi idea sería, si continuara de presidenta, combinar un año música sacra y otro año música de procesión. 
- ¿A qué cambios se refiere en cuanto a recorrido?
- En la procesión del Santo Entierro, este año por fin aplicaremos el cambio que se aprobó pero que no se pudo realizar por la pandemia y por las obras en el edificio de la calle Sant Jaume. Así, el final de la procesión será por Sant Jaume, plaça de l’Escurà y Ayuntamiento. Ante la presencia de un gran andamio en Sant Jaume, los últimos años tuvimos que dar la vuelta por Tomás Valls y Arquebisbe Segrià. Este año el recorrido será el que aún no habíamos podido estrenar.
Otra novedad es que se ha incorporado de manera oficial a la Semana Santa la imagen del Cristo de la Paz en su Entrada a Jerusalén, conocida también como “la burreta”, que formará parte de la Cofradía del Nazareno, que pasa a llamarse Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Cristo de la paz en su entrada a Jerusalén.
- ¿Cómo valora la salud de la Semana Santa en Ontinyent?
- A las cofradías va incorporándose gente, pero poco a poco. En el año 2022 creo que eran unos 360 componentes y este año tenemos 446, es decir, ha aumentado un poco, pero muy poco a poco. Algunas cofradías han bajado de componentes, pero otras han aumentado. El problema que tenemos es que muchos de los miembros de las cofradías y hermandades son mayores y por eso, nos gustaría incorporar a gente joven.
En este sentido, me gustaría animar a la gente joven a que se apunte y participe en las distintas cofradías y hermandades. Es un aspecto en el que queremos incidir. Por ello, este año hemos puesto mucho esfuerzo en darle difusión a la matinal infantil, que hemos publicitado en los colegios. De hecho, este año hemos ampliado la cantidad de sillas que pusimos y casi se agotaron.
- Personalmente, ¿cuál es el acto de la Semana Santa que vive con más ilusión?
- Aunque mucha gente el acto que destacaría sería la procesión del Silencio, a mí la que más me gusta es la del Santo Entierro, porque cuando entras en la plaza y ves todas las imágenes es muy emotivo.
 - De lo que le queda de mandato, ¿algún aspecto en el que quiere incidir?
- Por ejemplo, el año que viene quiero publicitar más el desfile de bandas y la tamborrada, que hicimos el sábado pasado.
- ¿Qué mensaje quiere mandar al pueblo de Ontinyent?
- Me gustaría animar a toda la gente a participar y a conocer la Semana Santa, porque a lo largo del año, las cofradías y hermandades tienen actos, reuniones... La Semana Santa no solo se vive dos días al año.