Como muchos jóvenes, Ángela Micó Vidal terminó sus estudios en Filología Hispánica y decidió lanzarse a la aventura de salir de España con el objetivo de encarrilar su futuro laboral. 

Inicialmente, su idea era aprender el idioma para poder encontrar trabajo en el país extranjero, consciente de que, sin ello, las oportunidades laborales eran inexistentes. Es por ello que decidió mudarse como Au Pair. “Este es el segundo año que paso con mi familia de acogida. Mi objetivo era poder trabajar como profesora de español, lo cual implica ser autónoma, cosa que en Alemania es muy complicado”, asegura la ontinyentina

Los requisitos que se le plantearon resultaron ser muy poco accesibles. Sin embargo, después de un año y medio viviendo en un pueblo de Múnich, a principios de mayo, empezó a trabajar en una escuela infantil. “Estoy combinando mi horario de Au Pair con la escuela. Siento que, por fin, empiezo a dirigir mi futuro hacia esa rama laboral”, comenta Micó.

Dar el paso no fue nada fácil. "El principio fue muy duro. Tenía una base muy escasa de alemán y mi inglés tampoco era fluido. Aun así, los alemanes no ceden a hablar una lengua que no sea la suya, por lo que me vi forzada a aprender su idioma." Este esfuerzo ha dado frutos: Ángela llegó con un nivel A1 y ahora casi alcanza el nivel C1 de alemán. "No apostaba por ello porque los inicios fueron duros y, si a eso le sumas que la cultura también es muy diferente, la opción fácil era rendirse. Sin embargo, estoy muy orgullosa de lo que he conseguido", exclama. 

Diferencias culturales y adaptación
"La gente aquí es muy 'fría', lo cual va enlazado con las condiciones meteorológicas. Los alemanes muestran un carácter muy conservador", comenta. También destaca los distintos horarios de comidas, algo a lo que pensaba que no se acostumbraría. 
Micó comenta, además, que el invierno es una de las etapas más duras, puesto que a las 16:00 horas ya es de noche. "Definitivamente, lo que más echo de menos son mis amigas y familiares, pero también el sol y la comida", destaca. 

Por otra parte, vivir en Múnich trae consigo otro desafío: el alquiler de pisos. Según las declaraciones de la ontinyentina, es posible compartir piso con hasta 10 personas: "Hay mucha demanda, el mercado está carísimo y muy poco accesible”. A pesar de que los salarios son más altos, el costo de vida también es más elevado. 



Las ventajas de vivir en Alemania
Finalmente, resalta los puntos fuertes de vivir en Alemania. "Hay mucho más trabajo que en España. Depende de profesiones, pero generalmente hay mucha oferta y los sueldos son más altos que en nuestro país. La vida laboral es el punto más fuerte en Alemania y estoy muy contenta con ello." Además, valora la accesibilidad a las zonas montañosas, algo que, como amante de la montaña, aprecia enormemente. Así, esta joven de Ontinyent continúa su camino en Múnich y sigue enfrentando retos y disfrutando de las oportunidades que la vida alemana le ofrece.