Las Fiestas de Ontinyent han puesto esta tarde el broche de oro a los primeros Moros y Cristianos tras la Declaración de Interés Turístico Internacional y lo han hecho con la Embajada del cristiano, es decir, con el parlamento tras el cual el bando cristiano recupera la fortaleza.
Tras la intensidad y emotividad de la declamación de esta mañana, las expectativas estaban situadas muy altas. Tanto Kike Montesinos, embajador cristiano, a los pies del castillo, como el embajador moro, Santiago Tortosa, desde lo alto del castillo, han vuelto a demostrar seguridad, pasión y emotividad en un acto que ha llenado, una vez más, la Plaza Mayor. La fuerza y confianza con la que han declamado los textos de Cervino han provocado un fuerte aplauso del público al finalizar la Embajada.