Noviembre de 1980. Paco Cambra decide utilizar la casa heredada de su padre para montar un pequeño negocio a sus dos hijas, Inma y Marisa, sin saber en ese momento que estaba apunto de dar inicio a uno de los kioscos más emblemáticos y famosos de Ontinyent, el Kiosco Sant Antoni, un kiosco que el próximo 14 de noviembre cerrará sus puertas tras 41 años ininterrumpidos de servicio.
El kiosco, que abriría sus puertas ese mismo mes de noviembre, fue regentado desde el inicio por las dos jóvenes hijas de Paco, la mayor de las dos, Inma, no tenía ni 14 años todavía. Paco Cambra controlaba que nada fuera mal, y las dos hermanas recibieron la inestimable ayuda de otro de los emblemáticos quiosqueros de Ontinyent, Joaquinet.

El desgaste, las obras y su nieto, los motivos del cierre
Cuando el próximo 14 de noviembre cierre el Kiosco San Antoni no estará cerrando un negocio por falta de clientes, más bien lo contrario, ya que es uno de los locales que más ventas, visitas y buenas palabras recibe de Ontinyent, sino que los motivos son otros y muy distintos.
El primero de ellos, según nos explica Inma Cambra, es el desgaste. La gerente del kiosco afirma que “son 41 años trabajando aquí de pie todos los días, festivos, domingos, etc.” y matizaba que “ya el pasado mes de febrero tuve que ir al centro de salud por problemas en las rodillas debido al desgaste”.
Si el desgaste ya era un buen motivo, no es el principal que ha llevado a estas dos hermanas a echar el cierre, ya que otro de los principales motivos es el de las obras de peatonalización de la calle Sant Antoni, ya que según explica “la gente suele pasar y aparcar el coche en doble fila para bajar y comprar lo que deseen, cuando las obras estén hechas, sería muy complicado para nosotras” y matiza que “desde el inicio expresamos nuestra postura en contra, y ahora, con 1 año de obras por delante y sin posibilidad de que la gente pase con el coche, pierdo la venta, ya que viene más gente que no sé donde viven y que paran con el coche que compradores del barrio” y finalizaba al respecto diciendo que “si ya no se puede pasar con el coche, irán a otro kiosco”.
Aunque importantes los otros dos para tomar la decisión, el motivo principal del cierre es, sin duda alguna, el más bonito también, y es que Inma Cambra se ha convertido en abuela y ha decidido poder disfrutar de él, además explica que “mi hija vuelve al trabajo ya hoy mismo y nos ha pedido también si podemos cuidarlo, así que era ya el paso definitivo para tomar la decisión” y añade que “ya que por estar aquí casi todo el día no pude disfrutar de los hijos, ahora al menos voy a disfrutar bien de los nietos”, finalizaba al respecto dejando claras sus intenciones de futuro tras 41 años de duro trabajo.
Puedes ampliar la informació en nuestra edición en papel de esta semana.