La mezcla de roscón de Reyes y panettone se ha convertido en un fenómeno anual que ha conquistado los paladares de Ontinyent por tercer año consecutivo. La tradición comenzó hace cuatro años, cuando el Forn Pastisseria l'Ermiteta decidió aventurarse en la elaboración de panettones. El éxito fue inmediato, y fue durante la pandemia cuando surgió la idea de dar un giro especial al concepto. Así nació el “Roscottone”, un homenaje al Emisario Real de la ciudad, Jacobo.

El dulce, que contiene pepitas de tres chocolates, se ha convertido en una joya durante la temporada navideña. La producción ha pasado de unas 130 unidades en los años anteriores a unas 300 actualmente, lo cual demuestra el éxito progresivo de esta iniciativa tan innovadora. La elaboración del “Roscottone” es todo un proceso artesanal y meticuloso que lleva entre 3 y 4 días. Además, con un peso de aproximadamente 1,2 kilos, el dulce de Jacobo promete satisfacer a unas 24 personas. 

Con todo ello, la iniciativa se ha convertido en un símbolo de la creatividad y la tradición de la pastelería local. Desde l’Ermiteta, Gaspar Alcaraz agradece a todo el público de Ontinyent y alrededores la gran acogida que sigue teniendo la novedad.