Este martes, 20 de julio, una ontinyentina de 84 años sufrió un presunto intento de estafa. Los hechos sucedieron sobre las 12:00 horas, a plena luz del día, cuando, mientras caminaba por el tramo Dos de Mayo-Francisco Cerdá, fue abordada por unos desconocidos. En concreto, eran una mujer de mediana edad y un chico, bien vestidos.
La mujer le dijo a la anciana que el chico llevaba mucho dinero encima, en una riñonera, que éste abrió y le enseñó con lo que parecía ser un fardo de billetes, insinuando que el niño padecía algún tipo de discapacidad, y que se habría escapado de un colegio de Albaida. La anciana sugirió llamar a la policía, pero la mujer dijo que no; que prefería que se repartieran el dinero entre las dos. En ese momento, un coche grande y negro, conducido por otro hombre joven, aparcó cerca. Insistieron en que había que llevar al chico de vuelta al centro y convencieron a la anciana para subirse a la parte trasera del coche.
Los desconocidos no paraban de interesarse por las joyas que llevaba la mujer, por saber dónde vivía, si estaba viuda o vivía sola, si tenía dinero en efectivo en casa... La anciana empezó a sentirse incómoda y, cuando iban a pasar por delante del hospital, les dijo que se metieran por la plaza Sufragistas y que pararan el coche. Una vez parado, aunque intentaron convencerla para que se quedara, la anciana dijo que no se iba con ellos, que ella se bajaba del coche, y así lo hizo. Por suerte, no estaba el seguro puesto y pudo abrir la puerta. Se fue directa a casa de una de sus hijas, muy asustada.
Una vez ya liberada de los desconocidos, empezó a tomar conciencia de lo que había pasado. La octogenaria, que está en plenas facultades mentales, todavía no entiende cómo no sospechó antes de las dudosas intenciones de estas personas.
Su familia ha puesto en conocimiento de la Policía los hechos, y hace un llamamiento a la población para que vaya con cuidado porque “son profesionales, intentan camelar a las personas para aturdirlas y llegar a convencerlas”, señalan, algo parecido al conocido como ‘timo de la estampita’.