En 2012, tras obtener su título en enfermería en España, Marta Penadés tomó una decisión que cambiaría su vida para siempre. La situación laboral en el sector de la salud en España, tanto en el ámbito público como en el privado, ofrecía escasas oportunidades. La búsqueda de mejores condiciones laborales la llevó a investigar y descubrir que en Alemania había una gran demanda de profesionales de la salud. "Empecé a hacer entrevistas y cuando encontré una oferta atractiva en Stuttgart, me vine. Mi idea era pasar uno o dos años, probar y ‘a tiempo de volver, siempre estoy’. Pero la experiencia se ha alargado: ahora trabajo en un hospital de urgencias, estoy casada con un alemán y tenemos un hijo en común", relata Marta.

La enfermera encontró en Alemania una estabilidad laboral que en España veía demasiado difícil. "Aquí estoy con un contrato indefinido en el ámbito público, cosa que veo muy poco probable en España. Aquí te dan estabilidad y seguridad”, comenta Penadés. En base a su experiencia, también afirma que la conciliación familiar está mejor planteada que en nuestro país. Actualmente, la ontinyentina trabaja el 30% de su jornada laboral, un ajuste que ha podido plantear ella misma y que le permite manejar mejor su rutina diaria.

Por otra parte, la vida en Alemania no solo le ha ofrecido una carrera laboral estable, sino también le ha permitido sumergirse en una cultura completamente distinta a la suya. "Los alemanes consideran que en España somos más impuntuales y más ruidosos. Siempre nos reconocen por la fiesta, lo cual les llama bastante la atención porque aquí, a nivel historia, los alemanes aseguran que ‘no tienen mucho que celebrar’. En cambio, nosotros, los españoles, tenemos muchas festividades y eso les llama la atención", comenta.

Sin embargo, la distancia de su tierra natal y de sus seres queridos ha sido un desafío. "Tengo planes de volver a España a corto plazo. Echo de menos a mi familia, un domingo en el campo, el pueblo, la playa, el clima… la vitalidad de un país tan abierto como España. Sobre todo, echo de menos estar en casa. Alemania también es un país precioso", comparte con cierta nostalgia.

El duelo migratorio, un tema tabú
Después de seis años en Alemania, la ontinyentina experimentó lo que los psicólogos describen como duelo migratorio. "Cuando llegas a un país extranjero, todo es nuevo para ti: nueva cultura, nuevo idioma, nuevas cosas que aprender, nuevas experiencias, amistades, etc. Te involucras mucho al principio, pero llega un momento en el que ya estás establecida en el país y la adrenalina de la novedad desaparece”, declara Penadés. Ella misma detectó que, cuando volvía de sus vacaciones en su pueblo natal, sentía una tristeza que sobrepasaba la línea de la normalidad. “Lo identifiqué cuando me di cuenta de que en vacaciones volvía a casa y al regresar, de nuevo, a Alemania, no podía evitar ponerme a llorar", confiesa. La terapia fue crucial para que ella y su pareja pudieran entender y manejar mejor una situación que se les escapaba de las manos.

La vista puesta en el futuro
A pesar de los desafíos, la pareja tiene planes de volver a España a corto plazo, es decir, entre dos y cinco años. "Dudo mucho que volvamos a Ontinyent porque mi marido viaja mucho por trabajo y necesitamos el aeropuerto cerca, por lo que Valencia sería muy buena opción. Además, a mí también me beneficiará más respecto a las opciones laborales en los hospitales. Tenemos planes de ampliar la familia, por lo que estos planes tienen que ser a corto o medio plazo", aclara.

Sin embargo, la enfermera también tiene en cuenta las consecuencias que una decisión tan importante puede suponer. Es así como Penadés pone voz a lo que muchos españoles sienten en sus experiencias en extranjero, pero no cuentan: “tengo que admitir que también me da miedo el choque cultural inverso. Naturalmente, cuanto más tiempo llevas en el extranjero y vuelves a instalarte en tu país, sientes que pierdes tu identidad como persona”. 

Tal y como asegura, en ocasiones, siente que no es ni de un país ni de otro. Explica, así, que tras años en el extranjero, se adquiere una cultura nueva que hay que deshacer, porque en casa todo sigue igual, nada ha cambiado. Todo esto le preocupa y si a esto se le suma el cambio de las condiciones laborales y salariales, esa preocupación se multiplica. A pesar de ello, la enfermera confiesa que sus planes de volver siguen en pie porque “como en España, en ningún sitio”. 

Por su parte, al reflexionar sobre su experiencia, la ontinyentina la valora como muy positiva. "Es una pena que muchos españoles nos veamos forzados a salir de nuestro país por motivos laborales. Sin embargo, es cierto que se trata de una experiencia que enriquece y nutre muchísimo, tanto a nivel laboral como a nivel personal, por lo que no me arrepiento de haber tomado esta decisión en su momento", concluye.

Penadés ha encontrado en Stuttgart un lugar que le ha ofrecido tanto desafíos como gratificaciones. A pesar de la distancia y de las diferencias culturales, ha logrado construir una vida plena y enriquecedora. Sin embargo, su corazón sigue teniendo un lugar especial para España, el país que siempre considerará su verdadero hogar.