El pasado 2 de agosto falleció en Argentina la religiosa ontinyentina Carmen Latonda Puig. Nacida en Ontinyent en 1930, durante su vida en Argentina fue catequista de niños y adultos, fue superiora en varias comunidades, ecónoma provincial y, desde los años 90, se encargó de las labores de la Pastoral Carcelaria (organización de la Iglesia Católica en la que participan religiosos y laicos, dirigida a los presidiarios y sus familias), de la que llegó a ser secretaria a nivel nacional.
Carmen Latonda Puig sintió la llamada de la fe y en 1959 se marchó a Pamplona para ingresar en la orden Franciscanas Misioneras de María (FMM). Su primer destino tras los primeros votos fue Barcelona. Trillo (Guadalajara) y Madrid (un año en la Escuela de Enfermería del sanatorio San Francisco de Asís) fueron sus siguientes destinos antes de embarcar en 1964 en el transatlántico Giulio Cesare, que le llevó de Barcelona Argentina, país en el que estuvo destinada en distintas ciudades.
A pesar de la distancia, Carmen Latonda mantuvo el contacto con su ciudad natal y su familia durante estas más de cuatro décadas en Argentina. Según explica su familia, desde el país americano volvió a Ontinyent en 10 ocasiones (entre los años 1972 y 2011). Generalmente, su estancia en la ciudad la hacía coincidir con las Fiestas al Cristo de la Agonía o de la Purísima. También durante estos años recibió la visita de su familia ontinyentina.  
Según explica su familia, hasta casi finales de julio (dos semanas antes de fallecer), se comunicaban con ella, pero cuando su estado de salud empeoró fueron sus hermanas las que a diario informaban de su evolución. La religiosa falleció a los 91 años “con mucha paz y serenidad”, destacan. 
A lo largo de su dilatada etapa en Argentina, Carmen Latonda estuvo destinada en Moreno (provincia de Buenos Aires), Formosa, en la leprosería del Hospital Soomer de General Rodríguez (también en la provincia de Buenos Aires), la propia capital, San Miguel de Tucumán, Rosario y San Fernando, donde pasó los últimos 14 años y donde falleció el día 2 de agosto. 
Carmen Latonda escribió un extenso e interesante artículo en LOCLAR en mayo de 2005, en el que explicaba que pesar de los años lejos de la ciudad, en Ontinyent conservaba "las raíces de una vida, los recuerdos de la infancia, las vivencias de la juventud y... la Purísima y el Cristo bien metidos en lo más hondo del corazón”.