El vecindario de la avenida conde Torrefiel de Ontinyent está acostumbrado al trajín de personas que van y vienen a los juzgados los días laborales. Lo que sorprendió el pasado miércoles, en un día de finales de agosto, fue la larga cola de personas, profesionales y enjuiciados, que pasaron horas y horas en los alrededores del juzgado nº3. Muchos de ellos, optaron por esperar sentados en los bordillos de la acera.
Fuentes profesionales consultadas explican que el sistema de guardias que se aplica en el partido de Ontinyent hace que todos los juicios rápidos de hechos ocurridos durante la guardia semanal se acumulen para el último día, dado que al no disponer Ontinyent de sede permanente de la fiscalía, se acumulan los juicios para el día en el que se cuenta con un miembro del ministerio público desplazado desde Alzira. Eso fue lo que ocurrió el miércoles, día en el que se habían agendado 8 juicios rápidos. A este volumen de juicios ya de por sí importante se sumaron tres detenciones del martes, dos juicios por alcoholemia más otro por un caso de familia. En total, 14 juicios para una jornada. El resultado: algunos de los profesionales, víctimas y justiciables tuvieron que esperar hasta diez horas, puesto que cuatro de los letrados, apuntan fuentes consultadas, no salieron hasta las 20:00. También los funcionarios tuvieron que alargar su jornada.
Hay que tener en cuenta que al tratarse de juicios rápidos, tanto los profesionales como los encausados tienen que estar presentes a la hora citada, no se pueden marchar y tienen que permanecer a la espera de ser llamados a entrar a sala, por lo que en estos casos no les queda otra que esperar.
Estos mismos profesionales consultados explican que hechos como los del miércoles deberían llevar a una reflexión sobre qué hacer para evitar que ocurran jornadas como estas. Toda esta demora ocurrió con el juez, la fiscal y los funcionarios todos trabajando de manera presencial, a pesar de lo cual, la larga espera fue de las que los profesionales recordarán mucho tiempo.
A esta siempre indeseada situación hay que añadir la falta de espacio de los juzgados de Ontinyent. En el caso del nº3, que es el encargado de los casos de violencia de género, no cuenta con espacio suficiente para que la víctima esté separada de su agresor, por lo que en jornadas como la del miércoles, los enjuiciados esperaron fuera.
Por todo ello, los profesionales consultados reiteran la necesidad de que la nueva sede judicial esté en funcionamiento lo antes posible.