La resistencia bacteriana es un problema de salud pública que preocupa en todo el mundo. La comunidad científica es consciente de que las bacterias son cada vez más fuertes, pero un ontinyentí ha descubierto que pueden ser todavía más resistentes de lo que se creía.
José Rafael Penadés Casanova y el equipo que dirige en la Universidad de Glasgow (Escocia) han descubierto la existencia de un mecanismo de transferencia de información genética entre bacterias que funciona entre 1.000 y 10.000 veces más rápido que los mecanismos conocidos hasta ahora. A mayor velocidad de transmisión, más resistente puede ser una bacteria. A modo de ejemplo, y como él mismo explica, “antes pensábamos que las bacterias se comunicaban por carta, pero ahora nos hemos dado cuenta de que se comunican de forma mucho más rápida, por e-mail”, señala. Este nuevo mecanismo de transducción, que ellos han bautizado como transducción lateral, se suma a los otros dos mecanismos ya conocidos: la transducción general y la transducción especializada.
El hallazgo, que fue publicado la pasada semana en la prestigiosa revista Science, es toda una revolución para la salud pública, ya que permitirá comprender mejor por qué las bacterias son cada vez más resistentes a los antibióticos y poder anticiparse o bloquear con mayor eficacia las enfermedades.
La investigación ha durado cerca de cuatro años. “En un principio fue fortuito. Nos dimos cuenta de que la información entre bacterias se propagaba mucho más rápido de lo que conocíamos y empezamos a investigar”, señala. El descubrimiento se ha realizado en Staphylococcus aureus, un tipo de bacteria de gran importancia clínica que puede causar enfermedades de todo tipo y que tiene una elevada tasa de mortalidad y morbilidad dentro de los hospitales. Ahora queda por determinar si esta mayor velocidad de transmisión sucede sólo en este tipo de bacterias, o también en otras.