El día 1 de julio, se cumplieron diez años desde que Jorge Rodríguez fue investido alcalde de Ontinyent por primera vez. Atrás quedan, tras esa primera legislatura en coalición, dos nuevas victorias electorales con una amplia mayoría absoluta. Rodríguez avanza que su partido está tramitando una simplificación del nombre para poderse presentar fuera de la Vall d’Albaida

- ¿Qué es lo mejor que de estos 10 años y lo peor?
- Lo mejor, desde luego, el aprendizaje y el cariño de la gente. Soy un alcalde muy afortunado, porque la ciudadanía siempre me ha hecho sentir muy cerca. Lo peor, sin duda, el año 2018, que si pudiera, lo borraría. Fue un año muy duro a nivel personal y político.
- ¿Cómo calificaría cada una de las tres legislaturas?
- La primera, ilusión; la segunda, consolidación del proyecto; y esta tercera está siendo bonita pero complicada, con retos como los de la DANA, las nevadas, la pandemia... A pesar de ello, la gota fría fue una oportunidad, porque el colector sin la DANA hubiera sido muy difícil cambiarlo, aunque era algo necesario incluso sin aquellas lluvias torrenciales; algo similar pasó con la Cantereria. Con la pandemia, nuestra obsesión ha sido que la gente no quedara abandonada y dar el máximo apoyo a las empresas... Por eso, esta tercera, la definiría como una legislatura de retos.
- Tras estos diez años, ¿qué balance hace?
- Creo que Ontinyent ha logrado el situarse en el mapa, una de las cuestiones que todos reivindicábamos, el tener voz y voto y que eso terminara repercutiendo sobre las inversiones de la ciudad. En estos diez años hemos dado respuesta a las demandas históricas de la ciudad, como el hospital, el Museu del Textil, el Palacio de Justicia, el reto de reformar la Vila y recuperar la muralla... Hemos conseguido que las administraciones que tradicionalmente nos daban la espalda, miraran hacia Ontinyent y ello se transformara en inversiones directas. 
- En cuanto al futuro Palacio de Justicia, parece que es lo que más retrasado va. ¿Cuál es la situación actual?
- Tuvimos una reunión la semana pasada. Se está trabajando en dos caminos paralelos. Por una parte, el pliego de condiciones para la remodelación de la antigua fábrica y por otra parte, también estamos tramitando una modificación del Plan General de Ordenación Urbana que permita la ampliación de los futuros juzgados. La idea de la conselleria es sacar el proyecto básico de la ampliación y de la remodelación. Si nosotros ya tenemos aprobada la modificación del PGOU, harán el proyecto de ejecución de las dos cosas. Si no estuviera, harían el proyecto de ejecución solo de la remodelación. Tienen claro que les gustaría abordar las dos cosas a la vez. Como gobierno, pensamos que es lo mejor, porque el trabajo es el mismo y así se hace de una vez. Además, con la normativa covid, hace falta más espacio. 
El objetivo sería que se quedara contratada la obra antes de 2023. Hay que terminar la contratación de la redacción, nueve meses para la redacción del proyecto y unos 6 meses para la contratación de la obra... Por tanto, un buen escenario es que quedara contratada antes de que terminara la legislatura. 

- ¿Tiene alguna fecha para abrir el Museu Textil ya con contenido museístico?
- La idea es poderlo abrir en octubre. Se está trabajando en la musealización, pero también en el proyecto de rehabilitación de la segunda fase, que irá acompañado de una ampliación para un centro de formación. Es un proyecto de 1’6 millones. Esperamos poder tener el proyecto en septiembre y a partir de ahí, iniciar la contratación, para que empezara la obra en el primer trimestre de 2022. Es una obra financiada con el programa EDUSI y tiene que estar terminada alrededor de marzo 2023. 
- ¿Cómo valora la readaptación que han llevado a cabo muchas empresas textiles?
- La verdad es que esa reconversión partió de las propias empresas, porque generalmente, la iniciativa privada siempre suele ir por delante. Había un gran desabastecimiento y fueron las propias empresas las que empezaron a fabricar material y cederlo. A partir de ahí, desde ATEVAL nos trasladaron que veían en el textil sanitario una oportunidad. Nosotros les preguntamos en qué podíamos ayudar. Con todo ello, redactamos un convenio entre ambas entidades.
Para nosotros, todo esto demuestra que el sector tiene un gran potencial y capacidad de adaptación. En segundo lugar, deja claro que en aspectos tan importante no debemos depender únicamente de mercados exteriores. En tercer lugar, la importancia de que las empresas cooperen. Muchas de ellas han cambiado de mentalidad: de competencia con el vecino a la cooperación. Los que más contratos han conseguido han sido los que se han presentado con UTEs. Es un cambio de mentalidad importante para el sector y para otros ámbitos. Ahora esperemos que la demanda sostenida del sector recaiga sobre empresas españolas.
- Cuando crearon La Vall ens Uneix, uno de los argumentos contrarios que se escuchaba era que con un partido independiente sería difícil conseguir inversiones. ¿Cómo lo valora?
- Siempre decía dos cosas: si el tema del color es esencial para que lleguen las inversiones, entonces con unas únicas elecciones no harían falta más. Aquí ha gobernado el PSOE con gobiernos del PP en Valencia y Madrid y viceversa... Al final, unos han conseguido inversiones y otros no. En nuestro caso, creo que se han conseguido porque tenemos muchos contactos. El 90% de la gente normal del PSOE es consciente de lo mal que el partido se portó con nosotros. Una cosa es lo que digan los grandes dirigentes y otra lo que dice y hace la gente normal. Esta última gente continúa abriéndonos las puertas. 
Además, en la Generalitat el gobierno es tripartito. Guardamos buena relación con compañeros con los que gobernamos en la Diputación, como Rosa Pérez, y con responsables políticos como Mónica Oltra, Marzá... A esto se añade un cambio de cultura política, que para mí es lo más importante que hicimos en la Diputación: acabar con el clientelismo. Quitamos las subvenciones que se otorgaban a dedo para pasar a un sistema según criterios objetivos. Además, muchas ayudas de la Generalitat salían con línea nominativa, pero ahora el 90% son por concurrencia competitiva. En nuestro caso, tenemos un cuerpo técnico muy potente y muchos proyectos redactados, lo que nos permite presentarnos y obtener normalmente muy buenos resultados. Nos presentamos al 1’5% Cultural con Ábalos y nos lo han dado o al segundo ARRU con Podemos en la conselleria y nos lo han dado. 
Por tanto, esa simplificación que muchas veces hacían se ha demostrado que no es cierta. Si ves la relación que hay en la Federación Española de Municipios y Provincias o en la Valenciana, te das cuenta de que cuando gente del ámbito municipal se sienta en una mesa, sea del color que sea, comparte los mismos problemas, como la financiación, la sobrecarga de trabajos que debía hacer la administración autonómica, etc. 
- ¿Se está trabajando ya en la cartera de servicios del futuro hospital?
- Es importante que incluya la atención al daño cerebral, porque lo convertirá en hospital diferencial. En su momento pedimos una reunión con la consellera para tratar este tema, pero llegó la pandemia y entendimos que no era el momento. Hemos vuelto a repetir la petición, para abordar cómo va la finalización de la obra, el equipamiento y el destino del actual hospital... Estamos a un año vista del final de la obra y hay que empezar a hablar de equipamiento y cartera de servicios. Hay dos puntos importantes: la diálisis, que en principio está confirmada y la quimioterapia. En su momento, pedimos que el tipo de campana donde se preparan los medicamentos fuera compatible con la quimioterapia, una petición que aceptaron. 
- ¿Cómo se plantea el futuro, teniendo en cuenta la espada de Damocles que tiene por delante?
- Ahora mismo, lo único que me planteo es volverme a presentar a la alcaldía. Tengo muchas ganas de continuar y espero que la Justicia haga justicia y nos absuelva, porque el despropósito es de aúpa. 
- ¿Descarta una vuelta al PSOE en el caso de que todo se resolviera favorablemente?
- Hoy por hoy, el daño personal está ahí. Ya no es una cuestión política, sino personal. Otra cosa es lo que pudiera hacer La Vall Ens Uneix. Ahora mismo, en lo que estamos trabajando es en la consolidación y presentación de candidaturas en los municipios.
- Habla de presentar más candidaturas pero ¿solo en la Vall d’Albaida o en más comarcas? 
- Queremos presentarnos en todos los pueblos de la comarca o en casi todos. Ahora bien, también tenemos claro que si nos presentamos, lo haremos con solvencia, no con gente de fuera de los pueblos. El segundo reto es salir de la comarca. De hecho, estamos ya trabajando en un cambio de nombre que nos permita presentarnos fuera de la comarca. Así, pasará a ser “Ens Uneix”.
Queremos contactar con personas y partidos que se han presentado de manera independiente, como por ejemplo, ocurrió en Benicolet, donde un partido independiente nos buscó. Tenemos una estructura gracias a las tres alcaldías, la presencia en otras dos localidades (Benissoda y Benicolet) y un diputado provincial y hay muchos pueblos gobernados por partidos independientes que ven con buenos ojo unirse a una marca que les puede dar más fuerza, que entronque con el municipalismo.
- ¿Cómo valora los indultos que Sánchez ha dado a los autores y promotores del referéndum del 1-O?
- En estas cosas, siempre me ha molestado que no se trate igual lo que es igual. A mí, de mi anterior partido me molestó que no actuara de la misma manera conmigo que con otras personas que estaban en una situación calcada. En este caso, yo espero no tener que pedir ningún indulto porque creo que podremos demostrar la verdad y todo acabará bien, pero si terminara en condena, me sentiría frustrado al ver como a los políticos catalanes, que han ido contra la Constitución y que han malversado fondos no les pasa nada y contratar a 7 personas es peor que matar a Kennedy. 
- ¿Ve peligro de que el independentismo catalán quiera expandirse a la Comunidad Valenciana?
-  Yo creo que no llegará la sangre al río. Somos una comunidad muy consolidada, con unas señas de identidad muy claras. No lo veo como un peligro. Sí que veo un peligro el abrir la puerta a concesiones por el simple hecho de mantenerse en el poder, que es lo que está haciendo Sánchez. Me preocupa mucho, porque la ambición de una persona hace que no tenga escrúpulos: puede hacer esto, lo otro o lo de más allá. A mi, al final, me gustan más las personas que quizá piensan diferente, pero sabes por donde van. En cambio, me preocupa la gente que va zigzagueando y no sabes por donde cogerla. Hasta ahora, Sánchez me ha demostrado que lo mismo un día es blanco que otro negro, que rojo, siempre que él esté ahí en el poder. Eso me preocupa mucho. En el tema de Cataluña y los indultos Sánchez ha cambiado de criterio en tan solo 3 años. Es lo que siempre me ha preocupado mucho de él y por eso nunca lo he votado, ni como candidato del partido. Siempre me pareció una persona que lo único que quería era llegar al poder a cualquier precio. Ese tipo de gente me causa rechazo.
- El PSOE al que se afilió de joven, ¿existe actualmente?
- Yo desde luego no lo veo. Yo tengo la sensación de que cuando se es capaz de sacrificar a gente simple y llanamente por un titular de prensa el proyecto es muy débil. Si no eres capaz de defender determinadas posturas ante la adversidad, es evidente que cada tres por cuatro vas a estar haciendo giros sobre ti mismo. No tengo la percepción de que el actual sea el PSOE al que yo me afilié.