- En primer lugar, después de mucho años en Caixa Ontinyent, ¿qué supone para usted asumir el cargo de director general?
- Después de haber dedicado prácticamente toda mi trayectoria profesional en Caixa Ontinyent, asumir ahora la dirección representa para mí no solo un gran orgullo, sino además una gran responsabilidad. Hablamos de una institución con más de 140 años de historia, comprometida con el desarrollo social y económico de nuestro territorio, y que, además, es una de las dos últimas herederas del modelo histórico de las cajas. Continuar este legado es un reto que afronto con ilusión, respeto y un firme compromiso con los valores que nos han definido.
- Ha vivido desde dentro del gran cambio que ha sufrido el mundo de las entidades financieras desde que entró en Caixa Ontinyent a 1975 hasta la actualidad. De todos esos cambios, ¿cuáles destacaría? Y de ¿Caixa Ontinyent en particular?
- Sin ningún tipo de duda, el cambio más significativo que he vivido a lo largo de mi trayectoria ha sido el tecnológico. Como he comentado en alguna ocasión, cuando empecé a trabajar, la mayor parte de las tareas se realizaban manualmente o con máquina de escribir. Hoy en día, en cambio, prácticamente todo se gestiona de manera digital, con herramientas que han transformado completamente nuestra forma de trabajar.
Estos avances tecnológicos han contribuido también a democratizar el acceso a la información, ofreciendo a la sociedad una gran variedad de medios para conectarse y operar. Esto ha hecho que las personas esperan poder realizar cualquier gestión financiera desde cualquier lugar y en cualquier momento, con total comodidad y seguridad.
En este contexto, la realidad económica actual exige un sistema financiero robusto y solvente, capaz de responder a los retos constantes que plantean unos cambios cada vez más rápidos y profundos. Esta dinámica comporta una regulación cada vez más exigente, que requiere un gran esfuerzo de adaptación por parte de todas las entidades del sector.
Caixa Ontinyent, a lo largo de los años, ha demostrado una gran capacidad para evolucionar y adaptarse a estos cambios, ofreciendo unos servicios alineados con las necesidades reales de sus clientes.
Cómo es fácil imaginar, el camino recorrido hasta llegar donde estamos hoy ha estado lleno de retos y momentos decisivos. No ha sido una trayectoria sencilla, pero sí marcada por la constancia, el compromiso y la voluntad de servicio.
Quiero empezar destacando la implicación de todos y cada uno de los órganos de gobierno que han formado parte de la entidad a lo largo de los años. Su compromiso ha sido clave para mantener viva una institución arraigada en el territorio, que ha crecido junto a la sociedad que lo ha visto nacer, y que ha jugado un papel fundamental en el desarrollo económico de nuestra zona de actuación.

La gestión de la entidad se ha caracterizado por una apuesta decidida por la proximidad, tanto geográfica como humana. Hemos evitado emprender iniciativas de crecimiento basadas en ámbitos desconocidos, priorizando siempre las necesidades reales de nuestro entorno y actuando con prudencia y responsabilidad.
También hay que reconocer el esfuerzo constante de toda la organización para adaptarse a los cambios que, tanto el sector como nuestros clientes, han ido exigiéndonos con el paso del tiempo. Esta capacidad de evolución ha sido esencial para mantenernos como una entidad solvente y relevante.
Y como no puede ser de otra manera, la confianza que nuestros clientes nos han demostrado a lo largo de todos estos años.
- ¿Cuáles piensa que son los retos que tiene Caixa Ontinyent para los próximos años?
- Como ya comentaba, el sector financiero está sometido a una gran cantidad de normativa, que nos obliga a destinar una gran cantidad de recursos económicos y humanos.
A la vez, la sociedad avanza hacia una digitalización acelerada. Las nuevas tecnologías transforman los hábitos de los usuarios y generan una demanda constante de innovación. Por eso, tenemos que invertir de manera decidida para adaptar nuestros sistemas y canales, asegurando que estamos preparados para las necesidades actuales y futuras.
A este escenario se suma un contexto global marcado por la incertidumbre: tensiones geopolíticas, cambios económicos y una volatilidad que dificulta la toma de decisiones estratégicas. Ante esta complejidad, nuestra entidad tiene que mantener una estructura ágil, robusta y preparada para responder con eficacia.
Además, nos enfrentamos a un mercado que nos obliga a ser competitivos y, como no puede ser de otra forma, unos clientes que disponen de más información, formación y capacidad de análisis. Esto eleva su nivel de exigencia y nos obliga ofrecer soluciones de calidad, transparentes y adaptadas. Para afrontar todos estos desafíos, es fundamental contar con una Caixa fuerte y solvente.
Fruto del trabajo de los últimos años, hemos logrado una ratio de solvencia CET1 del 22,29%, mucho por encima de la media del 13,5% de los grandes bancos españoles. Esta solidez nos permitirá crecer de manera sostenible, reforzar nuestra Obra Social y mantener el compromiso con la inclusión financiera y la proximidad en el territorio.
- En el año 2025 acaba el plan estratégico, qué balance hace? Cuáles serán las principales líneas del próximo plan estratégico?
- Se acabará consiguiendo más del 95% de los objetivos estratégicos que en el plan nos habíamos marcado. Cómo estaba previsto hemos cambiado nuestra estrategia de expansión, preparando a la entidad para convertirse en referencia en la Comunidad Valenciana. Hemos crecido en todos los capítulos por encima de lo que en el plan estratégico habíamos previsto. Hemos renovado y mejorado nuestros sistemas, hemos dado más importancia a dotarlos de herramientas de seguridad. En fin, hemos cumplido lo que nos habíamos planteado, por lo que estamos muy contentos.
Con esta base, ahora iniciamos el estudio del nuevo plan estratégico, que también tendrá una duración de tres años, y por tanto, todavía no están definidas las líneas a seguir.
No obstante, creo que la esencia de la entidad tiene que continuar. Nuestro arraigo en el territorio, nuestra apuesta por la financiación a las pymes, a facilitar el acceso a la vivienda a los jóvenes, o el mantener una obra social que permita llevar a cabo actividades culturales, educativas, de formación integración laboral, entre otras.
- En la asamblea de junio se aprobaron las cuentas de 2024, con un incremento del beneficio neto del 16’81%. Las previsiones para 2025, ¿son igualar estas cifras?
- Cómo decía antes, las previsiones son acabar cumpliendo los objetivos marcados en el plan estratégico. Dentro de esos objetivos estaba continuar aumentando la solidez de Caixa Ontinyent, con incrementos de la solvencia que nos permiten afrontar el futuro, y dotar a la obra social y a la Fundación de los recursos que necesita para desarrollar su actividad. Y esto no se podría llevar a cabo sin unos resultados que crezcan al ritmo que estaba previsto que lo hicieran el resto de las partidas.
- Había ocupado estos últimos años el cargo de subdirector general. También el anterior director general, Vicente Penadés, anteriormente había ocupado el cargo de subdirector general. ¿Se puede decir que el cambio de dirección es una transición o continuidad del modelo implantado en la entidad?
- En el contexto de una entidad financiera, considero fundamental actuar con prudencia y medida. La gestión tiene que ser comedida, guiada por una visión estratégica que permita adaptarse a los cambios sin perder la esencia ni los valores que han consolidado la entidad a lo largo del tiempo, y sobre todo cuando estas líneas de actuación han dado tan buen resultado. Los cambios, inevitables y necesarios, tienen que llegar de manera equilibrada, atendiendo las circunstancias de cada momento.