El día de la Entrada, la fuerte e intensa tormenta que pasó por Ontinyent no soló causó daños en coches, algunas carpas y elementos decorativos de las gradas, etc. En la zona donde granizó con más fuerza, la tormenta causó daños en los árboles, especialmente en los pinos en la zona de Santa Ana, incluidos algunos de los que rodean a la ermita.

Generalmente, en unas condiciones normales, los propios árboles sanan las microheridas causadas por el granizo generando más resina, pero dada la sequía de los últimos meses, esa deshidratación ha dejado a los pinos mucho más vulnerables a plagas como las de los escolitinos, cuyas larvas crecen en el interior de los pinos. Al no tener suficientes recursos para generar resina que tapone las heridas y por tanto, mate a esas larvas, éstas crecen y causan daños al árbol hasta el punto de que el 90% de los ejemplares afectados morirá, apunta Joan Alcaraz, de Vivers la Baronía.

Actualmente, son muchos los árboles que se puede ver que están afectados, tal y como demuestra el color amarillento de sus copas. Tras las actuales lluvias, aquellos menos afectados quizá puedan resistir, pero muchos de ellos no lo harán, apunta Alcaraz.

Este fenómeno no es nuevo, recuerda Joan Alcaraz, ya que hace diez años, ocurrió algo similar en la zona de la Ombria, camino de Fontanars; y también en Moixent y en el Pinar del Parat, en Bocairent. Los árboles afectados pueden estar años en pie, pero a la larga, los más afectados caerán.

El vecindario está muy preocupado por el estado de los pinos, muchos de ellos de mucha altura y que podrían causar muchos daños en el caso de que alguno de ellos cayera como consecuencia de esta afectación.