El presidente de la Diputación de Valencia y alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, inauguró la exposición ‘Joan Martí. Estructuras del Tiempo’, una selección de pinturas y esculturas del catedrático y doctor en Bellas Artes ontinyentí, que podrá visitarse en el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM) hasta el 10 de septiembre.
Rodríguez, acompañado por el diputado Pablo Seguí, ha destacado la importancia que tiene para Ontinyent que el trabajo de Joan Martí, que falleció en 2004 a los 57 años de edad, pueda exponerse en “el museo de referencia de la modernidad valenciana, un buen contenedor que ahora se llena con una obra de magnitud que nos deja un gran legado”, entre el que ha citado los guardianes del Pont del Regne de València y la escultura del Salt del Bou, “un icono de Ontinyent”.
Son sólo dos de las creaciones de un artista, profesor en el instituto l’Estació de Ontinyent, al que, en palabras de la subdirectora del MuVIM, Carmen Ninet, “debemos buscar en la calle, en los lugares por los que discurren nuestras vidas. Los artistas se consagran cuando sus obras pasan a formar parte del imaginario colectivo y Joan Martí forma parte de ese imaginario”, añadió Ninet.
El MuVIM plantea una visión panorámica de las distintas etapas artísticas de Joan Martí, tratando de que “las esculturas salgan al encuentro del visitante de manera muy atrayente”. La subdirectora del museo y el presidente de la Diputación agradecieron a la familia del artista el “gran trabajo realizado, desde la convicción de que tienen una joya que mostrar al mundo”, y Rodríguez se dirigió a la mujer y los hijos de Joan Martí al final de su intervención: “dicen que uno no muere si no se le olvida, por eso podemos garantizar que Joan no morirá nunca”.
Inconformista, perfeccionista, honesto y exigente
Los hijos de Joan Martí fueron los encargados de presentar la figura del padre, el marido, el artista, el profesor… El que fuera integrante del colectivo artístico Font d’Art y del grupo La Vila era “un hombre perfeccionista, inconformista, honesto y exigente consigo mismo”, según manifestó Joan Martí hijo, que visiblemente emocionado confesó que “en estas últimas semanas hemos tenido la sensación de que estaba vivo”.
El hijo del artista destacó la pasión de su padre por “buscar siempre nuevas formas de creación, desde la soledad de su estudio en el que le veíamos pasar horas y horas dibujando esbozos”. Por su parte, Eva Martí, hija del artista, explicó las tres etapas en las que se divide su obra, y que están representadas en la muestra que ya puede verse en el MuVIM.
La primera de estas etapas es la de la simplificación de la figura del cuerpo femenino, tras la cual llegó la geometrización y abstracción, pasando del empleo de materiales como la piedra y el mármol al uso del hierro. La última etapa de Joan Martí, en la que creó los guardianes del Pont del Regne, “probablemente su obra más emblemática”, está caracterizada por la bidimensionalidad y las curvas, un tiempo en que el artista quedó atrapado por el círculo.