No se cumplen cien años todos los días. En Sociedad de Cazadores La Fontana están de celebración y, de la mano de Javier Pérez, actual presidente, defienden con orgullo la labor y el esfuerzo que han hecho las diferentes juntas directivas (con la participación de sus socios) en la conservación de las especies y en la protección y cuidado del entorno durante todo este tiempo. Y es que, como señalan, preservar el medio natural en Ontinyent ha sido una premisa desde su fundación a través de José Simó Marín.

En esta línea, el control de poblaciones, como es el caso de la problemática con el jabalí, la repoblación de especies en regresión, como es el caso de la perdiz y del conejo, la limpieza y llenado de charcas, la construcción de comederos y bebederos y el desbroce, son algunas de las actividades que continúan realizando. Sobre el control de poblaciones, el jabalí y su sobrepoblación es una problemática que atañe no solo a la comarca de la Vall d’Albaida sino también a muchos territorios que conforman la Comunitat Valenciana. Apuntan que, anualmente, se abatirían unos 400/500 aquí en Ontinyent y que trabajan conjuntamente con los agricultores para solventar los destrozos que estos puedan ocasionar en los cultivos.

Respecto a la repoblación de especies, como la perdiz o el conejo, destacan el trabajo que se ha realizado para que éstas puedan verse más. Aunque, si bien es cierto que indican que el conejo es un animal con mayor facilidad para poder repoblar, recalcan que hay especies que “si no le ayudamos nosotros” no van a ir para adelante. En esta labor, por ejemplo, remarcan que disponen de una persona, contratada a 40 horas a la semana, únicamente para poner comida y agua para la manutención de los comederos y de los bebederos. 

Si bien antiguamente apuntan de que “se cazaba por obligación, ya que la gente tenía que comer”, hoy mencionan que es un poco diferente. “Si no estuviéramos encima de los animales, de la comida, del agua, de las repoblaciones y demás, pues, a lo mejor, algunas especies se hubieran extinguido”, sugiere un miembro de la junta directiva. En consecuencia, Javier Pérez, su presidente, da a entender que la función del cazador empieza a partir del 6 de enero. Desde ese momento, indica que es cuando comienzan a sembrar todos los cultivos que tienen en los montes y empiezan a apoyar al animal para que pueda reproducirse mejor. 

Sin embargo, cada vez son menos las personas dispuestas a realizar este tipo de actividades. Hablamos de una actividad que se encuentra en decadencia y cuya regresión puede verse reflejada en el número de socios. “El problema que tenemos los cazadores en este pueblo es que el 70% es gente mayor. Este año han fallecido varios y hay gente que tiene que darse de baja porque ya no puede andar por los caminos”, expone Pérez. 

También se muestran críticos con la opinión pública pues, en muchas ocasiones, hay un desconocimiento muy grande sobre la labor que ellos realizan, tal y como manifiesta otro miembro de la junta. “A parte del respeto que tenemos por la naturaleza, la problemática que tenemos nosotros es que la gente desconoce que hacemos conservación y luego hacemos protección. Todo el desbroce que hacemos en la montaña eso nos cuesta unos quince mil euros anuales y eso lo pagamos entre todos nosotros sin ningún tipo de ayuda”, revela el mismo miembro. 

Sobre los problemas más recientes que está habiendo en el medio natural advierten de que la perdiz roja está desapareciendo en Ontinyent. Desde la Junta Directiva creen que debería haber una actuación conjunta por parte de diferentes administraciones por su preservación y por ello indican que ya han tenido charlas con la consellería de Medio Ambiente.

Acerca del centenario esperan informar pronto sobre las actividades que pretenden llevar a cabo, pero, mientras tanto, continuarán recordando y defendiendo la labor y el esfuerzo de sus fundadores y de las diferentes juntas directivas en una institución que, tal y como declaran, es parte de la historia de Ontinyent