La comparsa Cruzados de Ontinyent ha emitido una carta en la que expresa su opinión sobre el rechazo a su propuesta de adaptar parte de su indumentaria oficial, concretamente, el uso del casco. El comunicado es el siguiente:

La Comparsa Cruzados manifiesta su más enérgica protesta ante la decisión de la Sociedad de Festeros de rechazar su propuesta de adaptar una parte de su indumentaria oficial, concretamente el uso del casco. Consideramos que dicha negativa fue injusta, desinformada y condescendiente, y que representa un desprecio hacia nuestra trayectoria, nuestra identidad y el sentido común. Nos sentimos víctimas de un trato desigual y discriminatorio, comparando nuestra situación con otras comparsas que han logrado cambiar el traje completo sin mayor resistencia.

Los Cruzados denunciamos una actitud incoherente por parte de quienes dicen defender la tradición, pero la manipulan según les conviene. Acusamos a la Junta de actuar sin criterios claros, rechazando una propuesta razonable que buscaba precisamente preservar el traje fundacional en condiciones actuales, económicas y sanitarias muy diferentes a las de décadas pasadas. Criticamos la opacidad de una votación secreta, un procedimiento fuera de norma, y cuestionamos por qué se nos niega algo que se ha concedido a otros, llegando incluso a compararse injustamente nuestro traje, con el de una fallera.

Nos sentimos, además, agraviados por los comentarios despectivos y la falta de empatía de algunos sectores que, desde posiciones cómodas, imponen decisiones sin conocer la realidad de quienes hacen posible la fiesta. Insistimos en que nuestra propuesta no es caprichosa, sino que responde a tres factores urgentes (argumentados también por otras comparsas):

1. Sanitario: Las condiciones climáticas en agosto hacen del casco un elemento peligroso para la salud.
2. Económico: El coste del casco metálico se ha vuelto inasumible para muchos jóvenes.
3. Práctico y estético: La propuesta mantiene la coherencia visual y simbólica del traje fundacional.
3. Sanitario: Las condiciones climáticas en agosto hacen del casco un elemento peligroso para la salud.

Aprovechamos para recordar que la medida aprobada en 2018 que permitía al cabo desfilar con la cabeza descubierta ha sido usada por casi todas las comparsas, a pesar de haber sido inicialmente criticada por “beneficiar” solo a “los Cruzados”.

Frente a la cerrazón institucional seguimos acusando la falta de soluciones reales, prácticas y sensatas.

La comparsa lanza una reflexión crítica sobre qué tipo de fiesta se está construyendo cuando el egoísmo prevalece a la empatía. Rechazamos una visión elitista que convierte la fiesta en un escaparate de poder adquisitivo, defendiendo en su lugar una fiesta centrada en las personas, no en los adornos. Para nosotros, la tradición debe servir para incluir, no para excluir.

Una vez más, nos ofrecemos al diálogo, pero dejando claro que, en ausencia de respuesta, entendemos que nuestra actuación no representa ninguna irregularidad. Procederemos, entonces, conforme a la legalidad y el principio de buena fe, sosteniendo que estamos actuando para proteger el espíritu original de una fiesta que debe ser viva, inclusiva y de todos.