Los efectos del estado de alarma también se han dejado notar en lo que a disoluciones matrimoniales se refiere. En Ontinyent, las demandas de divorcios y separaciones han bajado un 19’6% en el segundo trimestre de 2020 respecto al primero, según los datos recogidos por el Servicio de Estadística del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). 
Las cifras oficiales reflejan que durante el segundo trimestre de 2020 (de abril a junio) se han contabilizado 45 demandas de divorcios y separaciones, frente a las 56 del primer trimestre (de enero a marzo). 
En concreto, han disminuido un 10% los divorcios consensuados (30 en el primer trimestre y 27 en éste); un 29% los divorcios no consensuados (de 24 a 17); las separaciones consensuadas se mantienen en 1; y las no consensuadas pasan de 1 a 0. 
En lo que respecta a las medidas de guardia y custodia de los hijos, se adoptaron 8 medidas, una de manera consensuada y 7 no consensuada. Una cifra que también es menor que en el primer trimestre, cuando se registraron 14 medidas de este tipo consensuadas y 7 no consensuadas. 
Se trata de unos datos que se extrapolan al conjunto de la Comunidad Valenciana, ya que a nivel autonómico, las demandas de disolución matrimonial bajaron un 37’9% durante el segundo trimestre. Desde el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) atribuyen esta disminución “por la declaración del Estado de Alarma y la consiguiente paralización de la actividad judicial”, comentan. Una actividad que se ha visto afectada por la desescalada escalonada de la administración de justicia y la necesidad de adoptar medidas de seguridad e higiene en los juzgados.

De 73 divorcios en 2019 a los 45 de 2020
Si comparamos los datos con el año anterior, la diferencia se hace todavía más evidente. Durante el segundo trimestre de 2019, se registraron 73 demandas de divorcios y separaciones en total, frente a las 45 que se han registrado en el mismo período de 2020, lo que supone una variación interanual de un 38’3% menos. Desde el TSJCV insisten en que la incidencia de la pandemia ha hecho que los indicadores sean tan diferentes a los de cualquier otro periodo anterior que “es imposible extraer conclusiones de los datos que se presentan” y aconsejan “tomar con cautela las variaciones interanuales”.