El Ayuntamiento de Ontinyent va a abrir el plazo de inscripción a la II Edición del grupo de ayuda a familiares y personas próximas a casos de suicidio consumado puesto en marcha en colaboración con la Asociación para la Defensa e integración del Enfermo Mental (ADIEM). Se trata de una iniciativa pionera en la Comunidad Valenciana que se incluye a las acciones del Plan Municipal de Prevención del Suicidio puesto en marcha por el Gobierno de Ontinyent.
La edil responsable del área de Salud Mental, Inma López, explicaba que “como en otros muchos municipios de España, el suicidio es la primera causa de muerto no natural en Ontinyent. Atendiendo a esta realidad, desde antes de la pandemia el Ayuntamiento viene trabajando en la atención a esta problemática, para complementar la atención clínica que se presta a estos casos y poder dar más apoyo a las personas que han vivido esta situación en proximidad y ayudarlas a hacerle frente”, manifestaba.
Así, este año se ha contado con un primer grupo, que ha finalizado su actividad, y desde esta semana ya va a iniciarse el proceso de criba de las personas que quieran entrar a un segundo grupo que se pondrá en marcha en el próximo mes de enero. Se ofrecerá un máximo de 12 plazas. El grupo se reunirá quincenalmente en sesiones de aproximadamente 60 minutos, y que será atendido por un psicólogo y una trabajadora social con la máxima confidencialidad. Para añadirse deberá ponerse contacto con el departamento municipal de Servicios Sociales; o con la asociación ADIEM.
Desde ADIEM se ha recordado que “no se trata de un grupo de ayuda mutua, sino de un grupo dirigido, que no tiene que ser muy numeroso para poder ofrecer la atención más personalizada, desmitificando ideas sobre la problemática y ayudando a gestionar emociones”. Para formar parte del grupo no es excluyente el tiempo que haya pasado desde el suceso, ni tampoco ser familiar de primer grado.
Entre los objetivos del grupo, se encuentran ayudar a las personas familiares o allegados de personas muertas por conducta suicida a lidiar con el luto de manera adecuada, con una gestión de sus emociones compatible con la normalización de sus vidas; ayudar a estas personas a prevenir conductas y estilos de vida perjudiciales para la salud física y mental que puedan ser derivados del hecho suicida; evitar el aislamiento y fomentar la participación social y familiar normal; aprender a compatibilizar la vida y perspectiva de futuro con el respeto a la memoria de la persona muerta; prevenir nuevas conductas suicidas en el entorno de familiares y afines, y en definitiva, romper la dinámica derivada del mito que “no se puede hacer nada”.
Hay que recordar que el Plan Municipal de Prevención del Suicidio ha incluido también otras acciones como la formación de figuras profesionales claves; la creación de un reglamento de actuación municipal; la elaboración de un protocolo para los medios de comunicación; y la organización de charlas tanto para los estudiantes como para la población en general, que se retomarán en 2024.