El proyecto más votado en la última edición de “Ontinyent participa” es ya una realidad. Se trata de la instalación de desfibriladores. Después de algunos meses en los que se ha estudiado las diferentes opciones existentes en este ámbito, se ha optado por la compra de seis desfibriladores automáticos, por un valor de 10.614 euros. En el precio se incluye también la formación que recibirá el personal que trabaja en las instalaciones públicas donde van a ser instalados.
Según destacó la edil de Sanidad, Matilde Francés, se ha optado por desfibriladores automáticos, es decir, que deciden si el paciente requiere una descarga o no. La edil destacó que estos modelos son totalmente seguros, tanto para el paciente como para quien lo aplica.
El modelo de desfibrilador escogido tiene un uso muy fácil. De hecho, con tan sólo encenderlo es la propia máquina la que por medio de una voz grabada va indicando los pasos a seguir, como llamar al 112, quitar o desabrochar la ropa, aplicar los electrodos, y una vez colocados, es el propio dispositivo el que determina si el paciente necesita una descarga o no.
Aunque su uso es muy sencillo, se ha previsto cursos de formación para el personal que trabaja en las instalaciones públicas que contarán con estos dispositivos. También se ofrecerá formación a la población en general.
A estos seis desfibriladores, hay que añadir los ya existentes en algunos puntos de la ciudad, como el estadio El Clariano, la residencia San Francisco o el Polideportivo. La intención es difundir unos mapas de la ciudad en los que se indique dónde hay dispositivos de este tipo e ir actualizándolo a medida que se adquieren más, tanto en lugares públicos como privados.