El Ayuntamiento de Ontinyent ha sacado a licitación pública las obras de demolición parcial de los edificios situados en la calle Arzobispo Segrià, nº10, y a la placeta de l'Escurà nº 5, dos inmuebles municipales del barrio del Poble Nou que se encuentran en un avanzado estado de deterioro. Se trata de una actuación urgente destinada a garantizar la seguridad de los vecinos y peatones, después de que los informes técnicos municipales detectaran el colapso parcial de uno de los faldones de la cubierta, la caída de varios forjados interiores y la afectación de la fachada posterior y de las medianeras que comparten con otras fincas.
El concurso, que ya está disponible a la Plataforma de Contratación del Sector Público, tiene un presupuesto baso de 135.843,46 euros y un plazo de ejecución de seis meses. Las empresas interesadas podrán presentar ofertas hasta el próximo 6 de noviembre de 2025 a las 23:59 horas. El concejal de Territorio, Óscar Borrell, destacaba que esta actuación “responde a la voluntad del Ayuntamiento de trabajar simultáneamente en tres líneas fundamentales, como son la seguridad de las personas, la recuperación de nuestro patrimonio y la regeneración urbana del centro histórico”. Según explicaba, “se trata de una obra necesaria, porque los edificios presentan un estado de riesgo estructural, pero también de una oportunidad para avanzar en la mejora del entorno urbano de Sant Miquel, en el Poble Nou”.
Las obras forman parte de una intervención municipal que busca estabilizar la estructura, garantizar la seguridad y, a la vez, preservar los elementos de valor arquitectónico e histórico que todavía se mantienen. El edificio de la placeta de l'Escurà nº 5 es especialmente significativo dentro del conjunto urbano, puesto que conserva parte de la fachada de una antigua casa reconstruida en el siglo XIX, conocida popularmente como el ‘Hostal del Racó o ‘Hostal de Grau'. A lo largo del tiempo, este inmueble ha acogido varios usos, como posada en el siglo XVIII, después como hostal en la segunda mitad del XIX, y más adelante como droguería durante buena parte del siglo XX.
El Ayuntamiento, propietario de los edificios, apuesta por intervenir de manera prudente y planificada para mantener lo que sea posible y garantizar la seguridad del entorno. Borrell añadía que “con esta inversión de más de 135.000 euros, Ontinyent da un paso más en su apuesta por la recuperación del patrimonio y por la seguridad ciudadana. Esta actuación no solo elimina un riesgo evidente, sino que abre la puerta a un futuro proyecto de puesta en valor de este espacio en el entorno de la Iglesia de San Miquel”. El edil recordaba igualmente que la intervención se ha planificado con criterios de respeto patrimonial, de forma que se actuará solo en aquellos elementos que presentan peligro, pero se mantendrán, en la medida de lo posible, las partes estructurales que puedan incorporarse a futuros proyectos.