“La inclusión es necesaria para regenerar la sociedad, y la juventud es clave para conseguir esta regeneración”. Así lo destacaba hoy el maestro, actor y escritor Pablo Pineda, primer europeo con síndrome de Down en obtener un título universitario, que asistía como conferenciante al acto de apertura del curso académico de la Universitat de València 2017/2018 en el Campus de Ontinyent. Pineda, de 43 años, diplomado en Magisterio, y ganador de “Concha de Plata” al mejor actor al Festival de Cine de San Sebastián, visitaba Ontinyent por segunda vez, puesto que participó a unas jornadas de inclusión educativa en 2005, cuando era concejal de Educación el actual alcalde, Jorge Rodríguez.


Su intervención, en un Centro Cultural Caja Ontinyent lleno, era articulada en forma de diálogo con un representante de la Fundación Adecco. Pablo Pineda, trabajador de esta fundación, exponía su experiencia vital y trayectoria. Un camino del cual es voz y también muestra de una inclusión educativa y laboral que lo ha traído “a ser voz de un grupo muy grande, diverso y heterogéneo, gente que no ha dicho nada en mucho tiempo y que quiere hacerlo”, manifestaba. Durante su intervención incidía en que “los prejuicios se tienen que superar, porque adecuadamente estimuladas, todas las personas pueden ser útiles”. 


Pineda destacaba que, a la actualidad, “son muchas las empresas y las personas que se siguen fijando en las limitaciones que puede tener un sujeto con discapacitado, dejando a un lado el talento que esa persona pueda aportar a su entorno”. Para Pineda, el hecho de tener una discapacidad no significa inhabilitación. Al contrario, las personas con discapacitado, ya sea intelectual, física o sensorial, son capaces de aportar mucho al tejido empresarial y a la sociedad en general.


En su intervención, incidía en la importancia que tiene invertir en la educación, “así conseguiremos aumentar la autoestima y normalizar la situación de todas las personas”. Pineda aseguraba que “mis padres fueron los que me enseñaron a ser una persona autónoma e independiente, cosa a la que también contribuyeron algunos docentes, personas que hacen un gran trabajo que se merece un mayor reconocimiento social”,  unas palabras que arrancaron los aplausos de un público formado mayoritariamente por alumnado de la titulación de Magisterio. 


Pineda aseguraba finalmente que “gracias a la confianza que mis padres depositaron en mí, fui consciente que mis únicas limitaciones, igual que las de cualquier otra persona, serían las que me pusiera yo mismo, y no las que me pusieron otras. Con confianza y estimulación todo es posible, no hay límites y todo el mundo puede aportar algún talento a la sociedad”, concluía.