Desde hace mucho tiempo, la presencia de excrementos de perro en la vía pública es un problema en boca de muchos ontinyentins. De hecho, desde hace varias legislaturas se han puesto en marcha distintas acciones para concienciar a los propietarios de perros que no recogen las heces los problemas e incomodidades que supone su comportamiento. 
Así, tres legislaturas atrás, en 2009, con María Abad como edil se realizó un concurso de lemas para una campaña de concienciación. La legislatura pasada se empezó a construir “pipicans”, donde los propietarios pueden llevar a sus mascotas y que en la actualidad ofrecen 5 espacios en distintos puntos de la ciudad (en el recinto ferial, en la calle Cristóbal Colón de San Rafael; en el Llombo en los alrededores de El Barranquet y en la plaza del Músico Vicente Rodríguez). La organización de una “matinal del gos” en noviembre de 2012 fue otra de las actividades. 
A pesar de todas estas acciones, la problemática sigue y es muy frecuente dar un paseo por cualquier punto de la ciudad y encontrarse con la desagradable sorpresa a la vista, lo cual además de molesto, no favorece la imagen de la ciudad.
Por ello, desde el equipo de gobierno han dado un paso más y han puesto en marcha un sistema que ya se ha utilizado con éxito en algunas poblaciones: la presencia de policías de paisano que vigilarán por el cumplimiento de la ordenanza de limpieza en la vía pública.
Según ha podido saber este periódico, a través de la concejalía de Seguridad, se ha canalizado este plan que municipios como Paterna han utilizado con éxito. La puesta en marcha de este nuevo sistema de vigilancia es una respuesta a la petición vecinal de atajar el problema.
Según la edil Tudi Guillem, el consistorio cuenta con los informes favorables que avalan la puesta en marcha de este plan, “que vamos a poner en marcha porque queremos que se cumpla de manera efectiva la ordenanza de limpieza, ya que a pesar de las campañas de concienciación y de las actividades realizadas aún son demasiados los propietarios que hacen caso omiso a las recomendaciones y que tienen comportamiento poco incívicos ante el resto de vecinos, que nos reclaman una actuación”.
De manera inminente está previsto que empiecen las labores de vigilancia, que no tienen fecha de finalización, sino que se establecen de manera indefinida. Así, diferentes agentes de paisano patrullarán con un coche camuflado o a pie por distintos puntos de la ciudad, con la orden clara de intervenir en el caso de detectar alguna infracción, tanto en cuanto a la no retirada de las deposiciones de los animales como también en el caso de infracciones de otro tipo, como el pasear sin bozal a un perro de raza catalogada como potencialmente peligrosa o que éste no tenga la pertinente licencia.
Las infracciones leves, reguladas en el artículo 83 de la ordenanza de limpieza en la vía pública y mantenimiento urbano, entre las que se encuentra la no retirada de los excrementos de los animales, contempla multas de entre 60 y 600 euros para los infractores.

300.000 bolsas en 57 dispensadores
Entre las medidas que durante los últimos años se han llevado a cabo para luchar contra las deposiciones de perros en la vía pública está el reparto de bolsas con las que los propietarios pueden recogerlas. Así, en el año 2014, el consistorio repartió un total de 300.000 bolsitas entre los 57 dispensadores que hay en la ciudad, pero ni aún así algunos propietarios cumplen con su deber de no dejar los excrementos de sus mascotas en la vía pública.