- ¿Cuándo empezó su aventura en Alemania y por qué optó por marcharse allí?
- Durante la crisis económica española (2008-2014) mi mujer, Sofía Sánchez Santos, también arquitecta, y yo decimos buscar nuevas oportunidades profesionales. Por aquel entonces teníamos un pequeño estudio de arquitectura, y aunque nunca dejamos de tener trabajo, este no era suficiente para satisfacer las ambiciones profesionales que nos habíamos marcado. Un amigo me dijo un día: “el lugar no lo buscas, te encuentra”. Y así fue. Aunque Alemania no estaba dentro de mis prioridades, ya que no hablaba el idioma, un día recibí una oferta de una “Crossmedia Agency” localizada en Fráncfort del Meno, que trabajaba en exhibiciones, cortos publicitarios y diseño. Me ofrecieron formar parte de un concurso para Toyota, en el que se planteaba cambiar su imagen en ferias y exposiciones a nivel internacional. Aunque el proyecto en principio tenía una duración de sólo seis meses, decidí hacer las maletas y probar. Al final ganamos el concurso y ese medio año se ha convertido en una aventura que ya dura más de 8 años. Simplemente me hicieron una oferta que no podía rechazar.
- ¿Cómo ha evolucionado su carrera?
- Desde 2012 mi carrera en Alemania ha pasado de arquitecto encargado de la imagen y proyectos para marcas premium como Mercedes, Siemens, Toyota, etc., a Project Manager de ferias, eventos y showrooms, hasta mi posición actual como director del departamento de project managers y diseñadores de una empresa con más de 70 trabajadores y oficinas en Frankfort, Oslo, Estocolmo, Budapest y Seúl.
- ¿Qué tipo de proyectos ha desarrollado a nivel internacional?
- Durante estos años he realizado proyectos para ferias internacionales, showrooms y eventos de empresas de todo tipo y en todas partes del mundo. Desde marcas de ropa como Adidas o Peak Performance, empresas tecnológicas como LG o de automóviles como BMW o Hyundai. Antes de la crisis del coronavirus solía viajar una media de 1 ó 2 veces al mes por todo el mundo para supervisar los proyectos y reunirme con los clientes.
- ¿Cómo está el sector de la arquitectura y la construcción en general en Alemania?
- Actualmente, y pese a la crisis del coronavirus, el sector de la construcción en Alemania sigue en auge, sobre todo en Fráncfort que se ha visto muy influenciado por el Brexit. Aquí los arquitectos no tienen paro, pero el nivel técnico y normativo que se les exige es muy elevado, por lo que no es fácil acceder a posiciones de responsabilidad sin conocer el idioma y la legislación. Se dedica mucho más tiempo a la planificación del proyecto, evitando así la improvisación en obra.
- ¿Cómo se está viviendo el coronavirus en Alemania?
- La primera ola fue muy suave en términos de afectados y fallecidos. En Fráncfort no se llegó al confinamiento domiciliario y se veía el ejemplo de España con miedo. Todo establecimiento que no fuera de primera necesidad (comercios, colegios, etc.) se cerró, las relaciones personales se centraron al núcleo familiar conviviente y se apeló a la responsabilidad ciudadana para reducir los desplazamientos al mínimo. El teletrabajo se implementó en todos aquellas profesiones que lo permitían. En general, funcionó bastante bien y la situación se contuvo con una tasa de infectados y muertos bastante baja. (a fecha del 02/12/20)
- Y, en cuanto a las medidas de seguridad y contingencia, ¿cuáles son?
- Actualmente, la situación ha cambiado y el Estado aplica restricciones según el valor de incidencia a 7 días. El RKI (Robert Kock Institut) tiene una página web de muy fácil acceso donde a diario se pueden comprobar todos los datos de forma muy detallada en todas las regiones de Alemania.
Yo puedo hablar de las medidas que me afectan, que son las que se aplican en Fráncfort por su nivel de incidencia. Aunque la incidencia media por cada 100.000 habitantes es menor que en España, todo el ocio y restauración está cerrado de nuevo desde el 2 de noviembre. La mascarilla es obligatoria en todo espacio público interior y en el centro de la ciudad y calles comerciales donde se concentra el mayor número de personas y no se puede respetar la distancia de seguridad. Dichas zonas están claramente marcadas con señales.
Las relaciones personales son distintas a las españolas, la distancia y el respeto al espacio personal es un valor que no es nuevo, por lo que en general no es difícil de mantener. Si la acera es estrecha, o te apartas y te esperas a que pasen, o te cambias de acera.
La multa por no llevar mascarilla en el espacio público es de 50€, que es un valor suficientemente elevado para que “duela”, pero al mismo tiempo lo suficientemente moderado para que todo el mundo lo pague. Es el mismo principio que se aplica a las multas de tráfico. (a fecha del 02/12/20)
- ¿Cuál es la visión desde Alemania sobre cómo está afectando la pandemia en España?
- La situación de la primera ola en España, donde el sistema sanitario se colapsó, se vio con terror. Esta segunda ola, nos está afectando más y los valores de contagios se parecen más a los de la media europea. Sin embargo, hay que tener en cuenta que Alemania tiene más de 230 habitantes/km² respecto los poco más de 90 habitantes/km2 de España. Con medidas tan resticitivas como las que se están aplicando, no se entiende que no se obtengan mejores resultados. (a fecha del 02/12/20)
- ¿Cómo diría que ha sido su experiencia en Alemania hasta ahora?
- Mi experiencia aquí está siendo muy positiva tanto a nivel personal como laboral. De no ser así ya hubiéramos vuelto. Al llegar nos motivó el ámbito laboral y hoy en día esa motivación se ve complementada en el ámbito personal. Es una suerte poder criar a nuestros hijos en este entorno y darles unos valores internacionales. Aunque no trabajamos directamente en Fráncfort decidimos vivir en la ciudad debido a la oferta escolar y cultural. Aquí vivir con niños es un lujo. El espacio público de la ciudad es muy diferente al de España. Hay parques y zonas verdes que hacen que aún estando en la ciudad el contacto diario con la naturaleza sea mucho mayor.
Por poner un ejemplo, enfrente de casa tenemos el “Grüneburgpark”, un parque de 29 hectáreas situado a 15 minutos andando del centro de la ciudad donde cuadrillas de jardineros lo mantienen impoluto durante todo el año. Y lo mejor de todo es que no es el único parque. Las bases socioculturales son distintas. Se gana más, pero se pagan mucho más impuestos y ello se invierte en la sociedad.
- ¿Qué le diría a una persona que esté pensando en iniciar o continuar su carrera laboral allí?
- La situación personal de cada uno es diferente. Depende de si se trata de un período definido o no. Si es una aventura con fecha de vuelta mi recomendación es que lo haga. ¡De todo se aprende! Si la idea es empezar algo nuevo, mi recomendación es que se lo piense bien. Sobre todo hay que tener muy claro lo que se deja atrás: familia, amigos, contactos, zona de confort...
Tus metas y ambiciones tienen que superar a todo aquello que dejas atrás; si no, no vale la pena. Nosotros decidimos venirmos con lo que nos cabía en un par de maletas y aterrizamos en una ciudad donde no conocíamos nada ni a nadie, y tampoco hablamos el idioma local. Durante los primeros 6 meses nos movíamos en inglés, pero una vez decides alargar tu estancia e integrarte tienes que aprender el idioma local. Eso es muy importante.
Antes de empezar mi aventura alemana ya había viajado por placer muchas partes del mundo (Sudamérica, Europa y Asia) e incluso vivido en Finlandia, pero cuando se trata de empezar de cero todo cambia.
Mi consejo es que si se da el paso se haga bien y que te integres en la sociedad en la que vas a vivir. Que respetes y aprendas su cultura. Eso te hace valorar de una forma más objetiva tus orígenes. Y sobre todo tener claro que cuestiones básicas como hacer la compra, ir al médico o pasear, son salir de tu zona de confort, y eso te tiene que gustar. A mi es lo que me motiva!
- ¿Cuál es su contacto con Ontinyent en estos momentos?
- Este año, debido a las circunstancias, tengo menos contacto de lo que me gustaría, la verdad. De media disfrutamos de Ontinyent tres veces al año y solemos estar unos 10-15 días cada vez. Mis hijos valoran mucho el estar allí y saben disfrutarlo al máximo. Eso es una cosa de la que estoy muy orgulloso.
- ¿Tiene planes de volver?
- Si volver significa empezar de nuevo: rotundamente no. Aquí estamos muy bien y tenemos una perspectiva de futuro que no es fácil de encontrar en estos momentos en España. Sin embargo, somos conscientes de que los niños se hacen mayores y el tiempo de disfrutar con los abuelos, familia y amigos de la infancia no volverá. Por ello, volveríamos mañana mismo si tuviéramos la certeza de poder aprovechar todo lo invertido y aprendido durante estos años y avanzar en nuestra carrera profesional y personal.
Le damos mucho valor a que nuestros hijos sean bilingües y de forma innata tengan una visión global del mundo. Nosotros lo hemos tenido que aprender a base de esfuerzo, pero para ellos es su punto de partida.