- ¿Por qué decidió marcharse?
- Es una experiencia que siempre me había llamado la atención; tengo varios primos que lo han hecho, y siempre he oído hablar muy bien de ello, por eso no me lo quería perder. Y también, por ver mundo, conocer gente de fuera, salir de casa, vivir una vida diferente de la que tenía allí... 
- ¿Cómo fue la adaptación al idioma?
- Yo elegí Italia porque era lo que se acoplaba a lo que tenía. Aquí me pedían un mínimo de italiano y tuve que estudiarlo antes de marcharme, y vine sabiendo lo básico. Me dieron la opción de hacer los exámenes en inglés o en italiano, pero elegí el italiano porque creo que inglés en cualquier momento puedo ponerme a aprenderlo. Cuesta, pero poco a poco vas adaptándote. Desde que llegué hasta ahora he mejorado mucho el italiano. 
- ¿Qué fue lo más complicado al llegar a Italia?
- Creo que el idioma, y el estar sola, porque vine sin conocer a nadie, y en el momento de verme sin nadie, se me hizo más complicado. A día de hoy he conocido a mucha gente, tengo amigos... Pero cuando llegué, verme sola aquí fue complicado. 
- ¿Cómo ha ido el primer cuatrimestre?
-  Estoy bastante contenta. El resultado ha sido bueno. Eso que dicen que si te vas de Erasmus te lo regalan, es mentira, al menos en mi universidad no ha sido así. Además, casualmente, en España estudio Periodismo y esta universidad no tiene este grado como tal, sino algo parecido que se llama 'Psicología social de la Comunicación' o algo así. No está siendo exactamente mi carrera, y ha sido complicado por esa parte, pero lo he sacado. Hablas con los profesores y cuando les dices que eres Erasmus, tienen comprensión, pero no regalan nada.
- ¿Dónde reside?
- Vivo en un edificio de apartamentos donde casi todos son estudiantes de fuera, y hay muy pocos italianos. En mi piso somos ahora mismo 15 personas, y vivimos en un piso grande, con gente de todo el mundo, belgas, holandeses, turcos, etc. En mi piso soy la única española, pero en el piso de abajo viven un montón de españoles. La convivencia es muy buena, está todo adaptado, hay cuatro o cinco neveras, varios baños, tengo mi propia habitación... Es como una residencia, pero sin recepción. 
- Decidió irse cuando la pandemia estaba en marcha...
- Sí, decidí que me iba a principios de segundo curso, y ahora estoy en tercero. Casi un año antes de venir ya estaba firmando papeles, pero no realicé más trámites de lo normal ni nada por la pandemia. 
- ¿Qué es lo que más le gusta de la experiencia? 
 - Partiendo de la base de que estoy de Erasmus y estoy viviendo como en una realidad paralela, lo que más me gusta es que cada día me pasan cosas nuevas y es totalmente diferente. Conoces a gente nueva todos los días, etc. 
- ¿Y lo que menos?
- Lo que menos me gusta es que no tengo la comodidad de estar en casa. En España, entresemana tampoco estoy en casa, pero es todo fácil. Vas a un supermercado y entiendes a la perfección lo que te dice el cajero, o vas a recoger un paquete y lo entiendes todo... Si tienes un problema es fácil de resolver. Aquí es todo diferentes, para lo bueno y para lo malo. Conoces cosas nuevas, pero los problemas también son más grandes. 
- ¿Tiene allí alguna afición?
- No tengo ninguna como tal, pero estoy viajando mucho por toda Italia y el resto de Europa. He estado en Cerdeña, Cinque Terre, La Toscana, Nápoles, Rumanía, Alemania, Croacia, Eslovenia, etc.
- ¿Qué opinión tiene de los italianos?
- Hay muchos estereotipos de Italia, como pizza, pasta... Es verdad que hay mucha pizza, pasta y helado, y están bien, me gusta. Creo que somos muy parecidos los españoles y los italianos, bastante abiertos, muy simpáticos y tienen buen carácter. No tengo queja de los italianos. Además, los italianos con los que he hablado tienen buena visión de los españoles también. 
- ¿Ha venido de visita a España?
- He ido bastantes veces. Un fin de semana en noviembre, en Navidad, en marzo y dentro de dos o tres semanas vuelvo también porque tengo que hacer un examen. 
- Tras esta experiencia en el extranjero que finalizará en breve, ¿tiene pensado seguir fuera?
- Me gustaría seguir estudiando en lugares diferentes, pero la carrera creo que lo mejor es acabarla en casa. Aunque sí que me quedo con ganas de seguir conociendo mundo, porque, en contraste con lo que me pasa aquí, que cada día es nuevo y el ritmo es frenético, las primeras veces que volvía a casa, a Ontinyent, estaba todo igual, nada había cambiado, y claro, me di cuenta de que estoy viviendo una vida totalmente diferente a la que viviría en Ontinyent.