Uno de los días
marcados en rojo en el calendario ha llegado. El día 4 de mayo nos deja por fin
signos vitales en algunos negocios de Ontinyent, y a pesar de que muchos de
ellos todavía no han abierto las puertas, uno de los sectores que sí que lo ha
hecho, siguiendo todas las medidas de seguridad, han sido las peluquerías.
Una de ellas,
situada al inicio de Martínez Valls, zona muy transitada, es La Boheme, donde
su gerente, Guillermo Tortola nos ha atendido para conocer cómo ha sido esta
vuelta al trabajo.
En su peluquería
en concreto, nos comenta que hay una lista de espera de tres semanas, puesto
que desde el anuncio la pasada semana que se permitiría la apertura del sector,
han sido constantes las llamadas. “Desde el el pasado lunes no ha parado de
sonar el teléfono”, y esto ha pasado tanto en la sección de peluquería, como la
de estética, donde su compañera Ana también tiene la agenda apretada.
Nos informa
también de las medidas de seguridad que se tienen que tomar, tanto en la
afluencia, donde la persona que pueda estar esperando su turno, tiene que salir
de la peluquería para dejar salir con la distancia de seguridad al cliente que
estaba dentro, como de desinfección, puesto que después de cada cliente,
Guillermo confirma que “tenemos que desinfectar todo el material que hemos
utilizado, así como la silla” y también supone una molestia necesaria, el
protector que se tiene que utilizar para cumplir con las medidas de seguridad.
Han sido dos
meses muy complicados por un sector que, en un primer momento se decretó como
esencial, pero que finalmente ha tenido que vivir, durante 8 semanas,
completamente cerrado al público, algo “muy duro, sobre todo en mi caso, que
estaba sólo en casa”, comenta un Guillermo Tortola que, por suerte, y con
prudencia, ya empieza a ver la luz en toda esta desgracia, y que él mismo
afirma que “vamos a superar”. De momento, en la Boheme, han conseguido sacar del ERTE a su trabajadora, por lo que desde hoy, más gente recupera, en una pequeña parte, su normalidad y día a día.