Desde hace ya algún tiempo y sobrevenido por las últimas noticias que han surgido sobre el ferrocarril de Xàtiva a Alcoi, decidí emprender un viaje por la línea para experimentar las sensaciones junto con el resto de pasajeros y profesionales que trabajan en ella; un tren que ha sido clave para el desarrollo de las comarcas de interior que vertebra.

El viaje comenzó un domingo a mediodía en la estación de Xàtiva, donde después de haber pasado el respectivo control para poder acceder a las vías, me subí a bordo de un “camello” rumbo a la ciudad de Alcoi.
Eran poco más de las tres de la tarde cuando empezaron a rugir los motores del automotor diésel que procedía de Valencia y ese traqueteo, tan agradable para los que somos unos románticos del ferrocarril, empezó a sonar y a percibirse dentro del tren.
El viaje empezó con normalidad, solo una decena de pasajeros ocupábamos el tren, siendo normal que un domingo a esas horas haya poca afluencia de pasajeros, según me contaba el interventor del tren.
Llegamos a Benigànim, dejando atrás paisajes de exuberante belleza como el conocido “Estret de les aigües”, pero no es hasta pasada esta población, que decido tener el primer contacto y conversar con la primera pasajera, una mujer de 60 años, que utilizaba el tren todas las semanas para desplazarse desde València hasta Alcoi y que le encantaba el paisaje por el que discurría la línea, ya que por carretera el paisaje no era el mismo, aunque con una puntualización; le gustaría que hubiese más frecuencias de paso y que se sustituyesen los trenes por otros algo más modernos y limpios.
El viaje continua y ya bien adentrados en La Vall d’Albaida, entre campos de almendros en flor, pasamos de largo por la antigua estación de Albaida, donde otro pasajero de mediana edad, me contaba que no tuvo ningún sentido la construcción de una nueva estación a poco más de cincuenta metros de la antigua, “ a excepción de haber sido un capricho político, ya que el tren paraba dentro del pueblo y era más accesible que la nueva, ya que para bajar a las vías, se emplea casi más tiempo que en recorrer la distancia que separaba la antigua estación de la Avinguda de la Fira”.
Llegamos a Ontinyent y mientras esperábamos al tren que procedía de Alcoi, aprovecho para bajar al andén con el maquinista y hablar con él. Se trata de Juan Ramón Ferrandis, que a parte de dedicarse a conducir los trenes de la línea el dia que le toca prestar servicio en ella, és el coordinador de plataforma en defensa del ferrocarril de CGT.

Bajo del tren, en el andén y después de hacer algunas fotografías, conversamos Ferrandis y yo acerca del proyecto de acercar la estación al núcleo urbano de Ontinyent. Según Ferrandis, profesional que conoce muy bien la línea, es un despropósito semejante obra por varios motivos; la gran inversión que hace falta para acometerla y que no se le va a ganar tiempo, ya que en la maniobra de inversión de la marcha, al proyectarse una estación en “fondo de saco ó terminal”, se perdería incluso más tiempo, que por el trazado actual... “es más una propuesta electoralista de los partidos políticos que una necesidad para los ciudadanos, ya que la mayoría utiliza el coche para ir a coger el tren a Xàtiva y por lo tanto, no supone esfuerzo subir a la estación o utilizar el servicio de autobús urbano. El problema real son las frecuencias de paso, el tiempo que se tarda y los innecesarios transbordos de algunos trenes en Xàtiva, motivo por el que los usuarios y usuarias se desplazan a otras ciudades para coger el tren”, afirmaba Ferrandis, y yo coincido con él.
Tras hacer el cruce en la estación de Ontinyent, el tren reanuda la marcha e inicia el ascenso de la denominada “rampa de Agres”. Es entonces, cuando aprovecho para observar y disfrutar el paisaje tan espectacular que viajar en tren nos ofrece entre Ontinyent y Agres. Pasamos por el barranco de Bocairent y por el bancal redó, lugares llenos de belleza y por los que tengo una especial debilidad. Al llegar al apeadero de Agres, observo como unos padres, acercan a su hijo de unos 3 años al andén para que vea el paso del tren... en ese momento, el tren da un bocinazo y los pocos viajeros que nos encontrábamos en el vagón, saludamos a la expectante familia.
Poco después de iniciar la marcha en Agres, el paisaje toma el protagonismo, pasando el tren totalmente integrado en el mismo.
Unos pocos metros más adelante, se ve como un grupo de niños, seguramente estuviesen pasando el día en una de las masías típicas de la zona, se acercan sorprendidos corriendo a saludar y ver el paso del tren; en ese momento, se repite la misma escena que en Agres... bocinazo y saludos. Fue un momento muy agradable que viví con cierta nostalgia, ya que me recordó parte de mi infancia cuando mi padre me subía a la estación de Ontinyent los domingos a mediodía para que viese el tren...

El viaje hasta Alcoi, transcurre entre terraplenes y bosques de pinos por la Sierra de Mariola, destacando el paso del tren por las faldas del castillo de Cocentaina.
Y llegamos a la ciudad de Alcoi, con algunos minutos de retraso debido al tipo de material que últimamente circula en la línea.
Mientras llega la hora del próximo tren, aprovecho para irme a tomar un café y conversar con más calma con Ferrandis y posteriormente con el interventor del tren para que me cuenten sus impresiones sobre la línea desde el punto de vista profesional. Con Ferrandis, surge el tema de la seguridad, ya que és constante la preocupación por la misma. “No habría seguridad si se circulase a velocidades superiores, pero para que sea precisamente una línea segura, se limita la velocidad. No es esta la solución; lo bueno seria que se renovase todo el trazado para que se pudiese alcanzar mayor velocidad y reducir el tiempo del viaje así como renovar el material rodante. Veo más inseguridad y más peligro para los usuarios y usuarias, en la poca iluminación que hay en muchos apeaderos, ya que pueden sufrir algún percance debido a este motivo. De hecho, en algunos de ellos, como el de La Pobla del Duc, gracias a luz que dan los vehículos de las personas que acompañan a los usuarios y usuarias, hay algo de visibilidad”, afirma Ferrandis, que a su vez, cuenta que cuando le toca venir de servicio por la línea, para él es como un regalo, que incluso influye positivamente en su estado de ánimo, ya que disfruta del paisaje, del significado tan importante que tiene el ferrocarril en esta zona por la función social que tiene, vertebrando una zona con una orografía tan complicada y por la forma de como nos tomamos la vida los habitantes de estas comarcas, muy diferente a la de otras zonas. 
Ferrandis concluye diciendo que con una mínima intervención, se resolverían en parte los principales problemas que tiene la línea, que es el estado de la infraestructura, el cambio de vehículos por otros más acordes a las necesidades de la línea y las frecuencias de paso, destacando que para ello se deberían adecuar algunas estaciones como Benigànim para permitir hacer cruces, ya que toda la línea a excepción de Ontinyent y Alcoi, está en vía única.
Llega el turno de conversar con el interventor, que coincide con Ferrandis, en que es una línea donde el paisaje y sus gentes la engrandecen. Así mismo, destaca que la dinámica autovía central hizo mucho daño al ferrocarril, ya que hace años, los viernes y domingos los trenes circulaban en doble composición por la alta afluencia de viajeros, sobre todo estudiantes, pero ante los tiempos de la carretera, no se puede competir, afirmaba el interventor.
Una vez preparado el tren para iniciar el viaje de vuelta, comienza a llenarse de estudiantes que regresan a València entre semana.
A las 18’15h el tren parte puntual y realizamos el trayecto a la inversa.

El perfil de los viajeros ha cambiado radicalmente en apenas dos horas... Ahora, el perfil de la mayoría de los usuarios, son estudiantes que no superan los 20 años edad; muy implicados y concienciados con el uso del tren, no dudan mantener una conversación conmigo.
Todos coinciden en que se deben mejorar las frecuencias de paso y renovar la vía así como la confortabilidad de los trenes, pero todos destacan las ventajas que tiene utilizar el tren; permite realizar otra actividad mientras viajas como estudiar, respeta el medio ambiente, te deja en el centro de València, es mucho más económico que otros medios de transporte y cumple una importante función social en las tres comarcas que atraviesa.
En cuanto a las propuestas de mejora, son bastante dispares dependiendo de los motivos por los que se utiliza el tren. Me llamó la atención la propuesta que me hizo una adolescente de 19 años, que proponía que hubiese un servicio nocturno los sábados por la noche para que todas las personas que van de ocio a Alcoi, pudiesen moverse sin preocupaciones ni limitaciones, tan solo la de los horarios del tren. Y la verdad, es que tenia toda la razón... ¿Cuántos no nos hemos tenido que buscar la vida cuando no teníamos todavía el carné de conducir para ir a Alcoi un sábado por la noche?
Mientras conversaba con ellos, llegamos a Ontinyent, donde el andén estaba repleto de estudiantes, que suben al tren.
Después del cruce con el Regional que venia de València, reanudamos la marcha con algunos minutos de retraso, puesto que el tren procedente de València no venia a la hora y el tren que iba en sentido contario, tuvo que esperar hasta hacer el cruce.
Pasamos por Agullent, Albaida, Bufali, Motaverner y llegamos a La Pobla del Duc ya de noche, donde parecía no haber nadie por la falta de luz en el apeadero, pero para sorpresa, estaba a rebosar de estudiantes, que difícilmente podían encontrar un asiento libre.
Llegamos a Benigànim y me llama la atención lo mismo, la cantidad de estudiantes que esperaban en el andén y que aquí ya si, muchos tienen que viajar de pié debido a la alta ocupación del tren.

Llegamos a Xàtiva y muy a mi pesar, llegó el final de mi tarde en “el nostre tren”. Es momento de despedirme y de agradecer a los usuarios y usuarias, que utilicen este medio de transporte; y como no de despedirme y agradecer también a los profesionales como maquinista, interventor, auxiliar de cabina y factores de circulación que me han atendido y tratado tan bien en este viaje.
Ahora llega el momento de hacer balance y recapacitar sobre el medio de transporte que queremos en un futuro y si damos el trato y valor que se merece al ferrocarril convencional, ese que vertebra los lugares más recónditos y que utilizamos más del 96% de usuarios del ferrocarril.