La picaresca política española, de suyo abundante y cargada de historia desde hace siglos, se habría enriquecido de modo notable si quienes decidieron convertir los billetes de euro en folios, lechugas, soles y chistorras hubiesen tenido más imaginación. Tratar de disimular sus innumerables mamandurrias, cohechos, sobornos y corrupciones de toda clase y cuantía, detrás de esos falsos sinónimos, es muestra de su pobreza de vocabulario. Y ya el colmo fue recurrir a un embutido navarro “semejante al chorizo, pero más delgado” según académica definición, para definir los billetes mayores del euro, los de 500, que con anterioridad al dúo Ábalos-Koldo muchos ciudadanos ya habían renombrado como “Bin Laden”, el criminal asesino y líder de Al Qaeda que existir se decía que existía pero que nadie había visto desde que ordenasen los brutales atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York. Quienes sí lo vieron fueron los espías de la CIA que lo localizaron y un comando lo liquidó en el refugio paquistaní en que creía estar a salvo.
José Luis Ábalos y Koldo García tampoco echaron mano del rico vocabulario español para tratar de definir a las mujeres que fueron objeto de sus rijosos caprichos, fraudulentas contrataciones en empresas públicas, asistentas de viajes y vuelos, invitadas a juergas en las que hubo intercambio de toda clase de polvos. Lo más original fue decir de alguna de ellas que era sobrina del ministro. Y eso que pocas palabras tienen en la muy rica lengua castellana tantos sinónimos como pelandusca, coima o colipoterra.
Este es un comentario que bordea la actualidad evitando meterse de lleno en ella, por el peligro que supone referirse a cualquier capítulo de la Gran Enciclopedia de la Corrupción en España y que pueda quedar desfasado con un nuevo informe de la UCO u otra decisión judicial que afecte a algunos de esos personajes que vemos a toda hora en las pantallas de televisión. Pero, si lo que ya se sabe de la presunta delincuencia ministerial de Ábalos y Koldo es mucho, hay colegas que te deslizan que lo de esta pareja serán juegos florales con lo que pueda acabar sabiéndose del propio presidente del Gobierno, así como de las andanzas, negocios y asesoramientos caribeños de Rodríguez Zapatero, al que este semana se le esperaba en unas jornadas sobre la Memoria Democrática organizadas por la Vicepresidencia Primera de la Diputación, y dio la espantada. ZP no ha debido digerir el “no”con que Jorge Rodríguez, el alcalde de Ontinyent y líder de la Unión Municipalista-- no el poderoso hermano de Delcy Rodríguez-- respondió a los empalagosos requiebros con los que trató de conseguir que volviese al redil socialista.