Según iba creciendo en los últimos años el uso primero del fax, después el correo electrónico, y sin solución de continuidad el teléfono móvil y su más extendida aplicación del whatsapp, fue disminuyendo de modo progresivo la que antaño era uso y costumbre entre familiares, amigos, socios, empresas, comercios y organismos, el envío de tarjetas navideñas en las que se dejaba constancia de los deseos de una feliz navidad y un próspero año nuevo. No puedo, ni debo, ni quiero manifestar en esta última entrega del Carrer Major del año 2025, que no he recibido en estas Navidades ni un solo christmas porque mi buen amigo Jorge Feo, haciendo realidad su uso y costumbre, ha tenido a bien hacérmela llegar, al igual como ha venido haciendo en todo lo que llevamos de un siglo que ya hemos gastado en su primer cuarto. De su mano, usando pluma estilográfica con tinta verde, nos deja constancia de sus deseos que no son otros de que se cumplan en mi familia todos nuestros deseos y aspiraciones. Puede decirse que se trata de un ejemplar único tanto si me refiero al remitente como a su felicitación que es muy, muy de agradecer, de lo que aquí quiero dejar reconocida constancia.
PINTAR CON LA BOCA Y EL PIE
Para su felicitación Jorge ha recurrido a una tarjeta que reproduce una pintura de José Marcos dos Santos que pertenece a la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie. Antaño era frecuente que no pocas de las tarjetas navideñas fuesen de obras de estos artistas que a consecuencia de una invalidez tan acusada que les impedía usar sus manos se valían de la boca y el pie para hacer sus obras de arte. Pensé hace tiempo –y ahora compruebo que estaba equivocado – que estos pintores se habían quedado sin asociación que les procurase ayuda comercializando las reproducciones de sus creaciones. Todo lo que sea valerse por sí mismos pese tan traumática minusvalía de no poder hacerlo con las manos, viene a demostrarnos que no hay persona, salvo los casos muy extremos de muy severa discapacidad, a la que sí se le proporcionan los medios y apoyos convenientes puede desarrollar trabajos y responsabilidades con un elevado nivel de implicación y provecho.
EL CASO DEL PROJECTE TRÈVOL
Si hay personas que valiéndose de boca y pies son capaces de crear obras de arte que terminan comercializarse pese el escaso tirón contemporáneo de las tarjetas de Navidad, en mi caso es obligado, por mi condición de presidente de la Associació d’Amics, referirme a labor que desde hace más de treinta años viene demostrando el Projecte Trèvol de trabajar por hacer posible la mayor integración socio-laboral de personas con discapacidad. Los mejores divulgadores de cuanto es y se hace en el Projecte Trèvol son los propios usuarios que con su implicación, sentido de la responsabilidad y amor propio, demuestran en las empresas y organismos que tienen a bien abrirles sus puertas, su valía, vocación de cumplimiento de sus cometidos, contribuyendo, además y de modo muy notable, a crear un muy buen ambiente de trabajo. Emociona escuchar al usuario que da cuenta de lo más feliz y contento por haber conseguido su primer puesto de trabajo. Aprovecho para adelantar a quienes amablemente leen estas líneas para anunciarles que desde la Associació d’Amics vamos a lanzar a primeros del nuevo año –en el que les deseo vean cumplidos todos sus anhelos, proyectos y propósitos— una campaña de captación de socios con el fin de que la amistad sea también complicidad y ayuda en el propósito de hacer realidad la integración de personas con discapacidad en empresas y organismos cuyos directivos o representantes se distinguen por su mejor voluntad y disposición para contratarlas.
SELLO SOLIDARIO
Para dar testimonio del agradecimiento del Trèvol a esos empresarios y organismos celebramos el pasado mes de mayo la primera cena de homenaje, en la que se les entregó el sello que acredita que son empresas implicadas en facilitar trabajo a personas con discapacidad. Un sello que reproduce el original creado exprofeso por el pintor Antonio Ferri que, además, tuvo a bien firmar cada una de las cien copias que reproducimos de su obra titulada Trèvol solidari. Una cena que tenemos previsto repetir el próximo mes de mayo y que nos permitirá –Deo volente-- poder volver a demostrar la gratitud de la gran familia del Trèvol a cuantos hacen posible que sigamos creyendo que es posible hacer una comarca mejor en todos los sentidos, en la medida en que unos y otros estemos dispuestos a arrimar el hombro para que así sea.
Ese mismo reconocimiento es permanente para la Mancomunitat de Municipis de la Vall d’Albaida, que nos acoge, ahora presidida por el alcalde de Alfarrasí, Ismael Sanvíctor Vidal.
EL BUZÓN, A TOPE
Vuelvo a referirme a las felicitaciones navideñas. La facilidad para enviarlas por el whatsapp propicia que el teléfono móvil no deje pasar un minuto sin dar cuenta de un nuevo mensaje. Con música incluida, copiado de otro recibido con anterioridad por otro remitente. Con creaciones artísticas y otras que no lo son tanto. Unas y otras contribuyen a hacer realidad e incrementar un tráfago internáutico en el que una hiperinflación de felicidad va y viene con muchos más destinatarios que los de la frustrante pedrea de una lotería que, un año más, decidió ignorar los muchos propósitos a los que pensábamos dedicar los euros que nos iban a tocar. Pasó la suerte y decidimos conformarnos con la salud.
Con el buzón del móvil a tope y sin tiempo para responder a todas las felicitaciones recibidas aprovecho la hospitalidad de estas páginas de LOCLAR para hacer llegar a nuestros lectores los deseos de unas muy felices fiestas de Navidad.
Unas fiestas que nos harán sentirnos mejor si no dejamos de pensar de qué modo y manera haremos que aflore lo mejor de cada uno de nosotros, de modo que seamos capaces de hacer y no sólo de desear. Por un feliz y solidario 2026.