El pasado martes el Consejo de Ministros dio por bueno y aprobó el acuerdo que la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, había firmado con los sindicatos CCOO y UGT, para reducir a 37,5 horas semanales el trabajo en nuestro país. Un pacto sellado entre sindicatos y una vicepresidenta, que no hacía ninguna falta que se diese el pegote,  pero sin la presencia de los representantes de las empresas.  O lo que es lo mismo, que aquellos sobre los que recae la obligación de hacer frente al incremento de los gastos que supondrá el recorte de horarios, no formaban parte del acuerdo. 

No dedicaré ni una línea a comentar el trágala al que se obliga al empresario, porque el dislate se comenta por sí mismo, pero sí hacer una consideración aplicando la lógica. Los gobiernos de Pedro Sánchez de la anterior y la actual legislatura se han apuntado éxitos que sólo ellos han visto gracias a su desbordada imaginación. La ley conocida como la de “Sólo sí es sí”, presentada como el no va más de avances a favor de los derechos de la mujer, y que según su principal promotora, Irene Montero, iba a ser copiada por los gobiernos de toda Europa, terminó haciendo posible que más de mil cuatrocientos condenados por agresión sexual viesen reducidas sus condenas, de los cuales más ciento cincuenta salieron de inmediato en libertad gracias a tan evidente torpeza legislativa, de la que, por cierto, nadie ha pedido perdón,  ni ha instado su retirada.

CIEN MIL VIVIENDAS MENOS. ¿Y qué decir de la Ley de Vivienda, alumbrada para frenar la imparable escalada de los precios de alquiler? El balance del primer año de su entrada en vigor es que han desaparecido del mercado inmobiliario cien mil viviendas, porque sus propietarios han decidido no alquilarlas. Otra ley para llevarlo al cuadro de honor del disparate.
Con semejantes antecedentes, puede ocurrir que la reducción del trabajo semanal a 37,5 horas termine provocando –cuando entre en vigor el próximo año, siempre y cuando supere la tramitación legislativa, lo que dependerá de lo que le pete al prófugo de Waterloo— pérdidas de puestos de trabajo. Si a los incrementos de los costes salariales y la mayor carga impositiva que ya tienen que soportar empresarios y autónomos, se añade la reducción de la jornada laboral, el resultado puede ser un notable incremento de la tasa del paro. Ojalá que no sea así, porque España ya tiene, y bastante más que cualquier otro país europeo, las peores cifras de desempleo tanto de hombres, mujeres y jóvenes. Como para ir legislando con ocurrencias como las ya mentadas del sí es sí, la vivienda y esta de la reducción del horario de trabajo.

ELS ANGELETS EN EL CLARIANO. El partido del Ontinyent frente a la Patacona disputado el domingo en El Clariano, contó con la presencia de los Angelets y camareras de la Purísima, que hicieron el saque de honor y fueron muy aplaudidos por una afición que nunca habían tenido ocasión de asistir a una visita tan excepcional como emotiva. Bien puede decirse que la invitación que la directiva del Ontinyent hizo a los Angelets fue una muy buena decisión. Porque además de poner en valor los históricos versos en los que se invita a los ontinyentins a festejar a su patrona, los Angelets animaron a nuestros jugadores, haciéndose notar entre los aficionados y celebraron con entusiasmo los dos goles conseguidos.

CRÍTICAS A DIANA MORANT. La ministra de Ciencia y Universidades, Diana Morant, ratificada por la militancia socialista valenciana el pasado fin de semana como su secretaria general, ha sido objeto de repetidas críticas por su inacción ya que como ministra de Ciencia, Innovación y Universidades  tiene a su cargo el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, que se ha visto sacudido por las denuncias de las arbitrariedades, caprichos y acusaciones por acoso laboral  cometidas por su directora, María Blasco, de la que se decía estaba  más interesada en comprar  obras de arte para el CNIO de organizar exposiciones por medio mundo para exhibirlas, que de atender las demandas de los científicos que han denunciado de modo repetido notables carencias de medios para  poder desarrollar su labor investigadora. El pasado miércoles la ministra compareció en la Comisión de Ciencia del Congreso de los Diputados, en la que tuvo que escuchar las repetidas acusaciones de inacción por no haber tomado medidas contra la directora María Blasco, finalmente destituida del cargo el pasado mes.  Diana Morant comenzó sorprendiendo a los diputados al decir que de las decisiones tomadas por el patronato del CNIO “no debe entenderse que se hayan cometido irregularidades por ninguna de las partes”. 
La pasada semana fue la ontinyentina Mariola Penadés, directora general de Investigación e Innovación de la Generalitat Valenciana, la que se adelantaba a las criticas señalando la inacción de  Diana Morant «ante las reiteradas denuncias del personal investigador del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, que depende de su ministerio, sobre el supuesto desvío de fondos de la investigación al pago de viajes y obras de arte».

¿CÓMO PAGAR UNA MULTA? La pregunta es de un amigo y paisano, que se declara incompatible con la informática: “Sí, dime que no estoy en el mundo de los vivos, pero el teléfono lo gasto para hablar, no sé enviar ni recibir un mensaje, no tengo ordenador, ni lo necesito”. A lo que añade la pregunta: “¿Cómo pagar una multa por mal aparcamiento? Porque he recibido una notificación de haber sido sancionado con 40 euros. Quiero pagar, y hacerlo pronto, para que no se me pase el periodo de la bonificación del cincuenta por ciento, pero tengo que hacerlo por internet, que ni lo tengo ni lo pienso tener”. Me asegura el amigo y paisano que ha ido a pagar en efectivo en la Policía Local y no se lo han permitido. Tampoco en oficinas municipales. Sólo puede hacerlo, le han dicho y repetido, en esta dirección: http://pagaments.ontinyent.es, indicando número de boletín. ¿Sólo así y de ninguna otra manera? No parece que sea la mejor manera de evitar que la gente mayor se sienta discriminada cuando no tratada como analfabeta digital. Y eso, además, por quien quiere pagar.