El Mercat de dilluns

Si queremos que nuestro Mercat viva, démosles a los vendedores toda clase de facilidades, de modo que su oferta se convierta en atractiva para un número cada vez mayor de ontinyentins.
Este lunes el Mercat Municipal de Ontinyent presentaba un muy animado aspecto, con muchos de sus puestos ocupados, bien surtidos de productos de nuestros campos, y concurridas colas aguardando turno para hacer sus compras. Nada que ver con la imagen de tantos otros días en que abre sus puertas y aquello parece un velatorio con pocos amigos. Hace poco un amigo, al que le reconozco magisterio “por edad y sabiduría y gobierno” utilizó una expresión que considero muy reveladora y apropiada para lo que comento: “L’enterro valía més que la agüela”. Si queremos que nuestro Mercat viva, démosles a los vendedores toda clase de facilidades, de modo que su oferta se convierta en atractiva para un número cada vez mayor de ontinyentins. Porque el otro mercado, el que sigue celebrándose a pocos metros en la plaça de la Coronació, hace tiempo que se convirtió en un zoco en el que ropa y zapatos se han adueñado de la práctica totalidad de su superficie, y ya ni siquiera es posible poder comprar un botijo ni una cassola.