La mayoría de los edificios que se construyeron en buena parte del pasado siglo en Ontinyent, utilizaron la uralita en forma de placas, depósitos de agua, tejados. La uralita, que gozaba de prestigio por su resistencia y fácil manejo, entró en crisis cuando se descubrió que uno de sus principales componentes, el amianto –también conocido como asbestos – era cancerígeno. Y la uralita quedó demonizada hasta el punto de que la empresa de la que tomaba el nombre del propio producto acabó cambiando su denominación. Quien tenía amianto, tenía un problema. Porque se convirtió en obligación ineludible dar parte a las autoridades cuando se pretendía retirar cualquier producto fabricado con uralita. A partir de ese momento se ponía en marcha una operación a cargo de especialistas dotados de grandes medidas de protección, que precedían a su retirada. 

AMIANTO EN LA PLAZA DE LA CONCEPCIÓN
El pasado jueves, el operario de la máquina excavadora utilizada en las obras de levantamiento del pavimento de la plaza de la Concepción, detectó la presencia de una conducción con un revestimiento de amianto. Sonaron las alarmas y se detuvieron las obras. Amianto es producto maldito y basta nombrarlo para provocar sobresaltos en las nuevas generaciones, mientras que hay paisanos, los que ya han pasado de los setenta, que no se toman las cosas del amianto con tanta preocupación “porque nunca ha pasado nada”, dicen con cierta displicencia. Los más sensatos, como es mi caso, sí que aceptamos la peligrosidad del uso y manejo de este material. Hasta el Diccionario de la Real Academia de la Lengua lo pone de manifiesto en la definición de amianto: “Mineral constituido por silicato de cal, alúmina y hierro, que se presenta en fibras blancas y flexibles, es incombustible y tiene efecto nocivos para la salud”. 

LAS VI JORNADAS DE LA ESCALERA
El sábado, el Museo Textil de la Comunitart Valenciana, que está siendo escenario –magnífico, por cierto -- de los más variados actos que se organizan en nuestra ciudad, acogió unas jornadas, las sextas, que organiza y sufraga el matrimonio propietario de la finca La Escalera –antigua Perdiguera – y que por primera vez salieron del recinto de la propiedad en donde se han celebrado en años anteriores  sólo para sus invitados. El programa matinal—sabatino estuvo destinado a abordar por medio de diálogos estos tres grande temas: Arte, Economía y Filosofía, que abordaron cabezas pensantes de primer orden como Manuel Borja-Villel, ex director del Museo Reina Sofia y Javier Moreno, ex director de El país. Para responder a la pregunta de si estamos a las puertas de un nuevo orden mundial y cómo está influyendo la política de EEUU en ello, dialogaron el ex ministro de Administraciones Públicas y ex presidente de Red Eléctrica Española, Jordi Sevilla, y el presidente de la Cámara de Comercio Estados Unidos-España, Jaime Malet, y el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez. Y todavía debió estirarse más el mediodía para dar tiempo a filosofar a José Luis Villacañas y Francisco Sánchez-Rivas --anfitrión y patrono de las jornadas-- sobre la modernidad “para ayudarnos a entender Europa”. 

UNOS DIÁLOGOS DE MUCHO NIVEL
Del nivel de conocimientos del valenciano Jordi Sevilla da buena cuenta su titulación académica como licenciado en Ciencias Económicas; ser Técnico Comercial del Estado, así como su larga experiencia política. Un currículum ante el que palidece cualquier miembro o miembro del actual gobierno, incluido su presidente. Alguien que estando al frente de Red Eléctrica Española y decide irse, según parece por no estar dispuesto a aguantar las injerencias de la ministra y ahora comisaria europea, Teresa Ribera, merece respeto cuando no aplauso. (Me reservo lo que opino de la sinvergonzonería de la tal Ribera antes y después de la dana, para no saturar los juzgados). 
Jordi Sevilla demostró que tiene una cabeza muy bien amueblada. Después de escucharle con sumo interés, pero viendo que el horario previsto había sido sobrepasado me limité, pese mi interés y ganas, a hacerle sólo una pregunta, sobre lo que se había publicado en The Telegraph del apagón, que habría sido provocado por “un experimento con las renovables”. Sevilla, que ya tenía publicado en El País un artículo –citado por Felipe González en El Hormiguero – en el que daba su versión, desmintió al diario británico y apuntó que se habían dado tres circunstancias adversas para que ocurriese y que resultando muy extraño y difícil que se dieran a un mismo tiempo, se dieron.