Más que la satisfacción, que queremos compartir con los lectores y anunciantes que los han hecho posible, por haber alcanzado las mil ediciones de un periódico en papel –lo que no deja de sorprender a tantos colegas que han visto y sufrido en sus carnes la lenta e imparable deserción de lectores de sus medios – cuenta el propósito de seguir estando presente en los kioscos pese los imponderables cada vez más mayores a los que nos enfrentamos. Mil es una cifra redonda, mágica, esperanzadora, pero también llena de confusos temores, cuando no de augurios provenientes de envidiosos y agoreros pesimistas que no han de quebrarnos el ánimo. Pretendemos, si continuamos contando con su complicidad lectora y siendo soporte publicitario de sus empresas y actividades, seguir siendo las páginas de “un pueblo que se habla a sí mismo”. Con todos los aciertos y errores que hemos cometido, por los que pedimos disculpas con tanta humildad como propósito de sincera enmienda. Y yo, en primer persona. Gracias mil por las mil ediciones.
LOCLAR, como ha venido haciendo desde hace veinte años, se toma vacaciones y volverá, si Dios quiere, a los kioscos el 29 de agosto para dar cuenta en esa edición, que será la 1.001, de cuanto han dado de sí nuestras Fiestas, las primeras con el título de ser de “interés turístico internacional”. Que las disfruten quienes las hacen con no poco esfuerzo y quienes se dejen deslumbrar por el esplendor, música y magia que nos regalan cuantos en ellas toman parte.