A dos días de la elección de quien será el nuevo presidente de la Sociedad de Festeros, este Carrer Major debía estar dedicado a comentar alguno de los desafíos que esperan a quien por la voluntad festera saldrá elegido. Tiempo habrá de hablar de las urgencias que reclama una Fiesta que, una vez obtenido el reconocimiento de “Interés Turístico Internacional”, queda obligada a ofrecer un programa de actos que sea atractivo, que tenga un manifiesto “interés” para propios y forasteros. Vaya por delante mi deseo de que el equipo ganador triunfe también en el desafío que voluntariamente ha aceptado meterse. No lo va a tener fácil dadas las cargas que, sobre todo en forma de atosigantes horarios, están reclamando un generoso acuerdo compartido por el mayor número de festero. Pero, tiempo habrá para referirse a cuanto tiene que ver con nuestras Fiestas.
Sí, porque ahora la atención la reclama la más dramática actualidad que sigue estando en todos y cada uno de los sesenta y nueve municipios que han sufrido, y siguen padeciendo diez días después, los efectos de una DANA que demostró su monstruosa capacidad para causar daño. Sobre todo, a quienes ribereños de los cauces desbordados, se vieron sorprendidos por una inesperada crecida. Sus dramáticas consecuencias y daños me llevan a plantear las siguientes preguntas: 
¿Cómo es posible que siendo tantos los métodos de detección de los fenómenos meteorológicos, y no menos los profesionales que se supone pueden y deben dar aviso de la amenaza, no se alertase a la población de los inminentes peligros de desbordamiento, lo que no hubiese podido impedir los daños materiales pero sí evitado no pocas pérdidas humanas?  
¿Qué responsabilidades son atribuibles a los organismos autonómicos encargados de velar por la seguridad de los ciudadanos y porqué no dieron aviso en tiempo y forma? ¿Asumirá el presidente Carlos Mazón el compromiso de estudiar y determinar las culpas de los posibles errores propios de la Generalitat, denunciando también los atribuibles a organismos estatales?
¿Por su parte, encargará el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como es su deber, una auditoria para determinar las responsabilidades de aquellos organismos ministeriales y estatales que no han cumplido sus obligaciones en cuanto a la detección de los efectos de una DANA, que no pese a ser anunciada de modo reiterado terminó provocando tanto daño? 
¿Por qué el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no dio inmediata respuesta, desde el minuto uno en que se comprobó la gravedad de la tragedia, enviando a cuantas fuerzas del Ejército fuesen necesarias, para tratar de paliar los daños; minimizar los ya producidos y comenzar a solucionar los gravísimos problemas que se  derivaron de la destrucción de bienes y servicios?
¿Por qué Pedro Sánchez utilizó la frase “si no tienen más recursos, que los pidan” dirigida a las autoridades valencianas, en vez de disponer y ordenar la puesta en marcha de cuantos medios son necesarios para combatir unos daños que se sabía eran de extrema gravedad y extensión y como mayor responsable ejecutivo de la seguridad de la nación española?
¿Se trataba con ese pretexto poner en dificultades al gobierno de Carlos Mazón, superado como estaba por el alcance de unos daños, ralentizando el inicio de la ayuda, dado que todavía habrían de pasar tres días más para que el Ejército hiciese acto de presencia? 
¿Y por qué el Consejo de Ministros acordó, al día siguiente del Pleno del Consell, la concesión de ayudas por algo más de diez mil millones de euros y al anunciarlas Pedro Sánchez las vincula a la aprobación pendiente de los Presupuestos Generales del Estado, lo que bien puede considerarse como una burla al pueblo valenciano y un chantaje a los partidos de la oposición?
¿Tendrá en cuenta el votante en una nuevas elecciones generales el nombre de la actual diputada de Sumar, Aina Vidal, la que dijo como excusa y pretexto para que no se suspendiese el pleno del Congreso que iba a aprobar, como así ocurrió, el reparto de poltronas del Consejo de Administración de RTVE entre miembros del Gobierno y sus socios, que “los diputados no estamos para achicar agua en Valencia”?
¿Cuántos de los miembros, miembras y miembres de la veintena de grupos, asociaciones, sindicatos y collas que han anunciado su propósito de manifestarse contra Mazón en Valencia mañana sábado día 9, han sentido el impulso de la solidaridad y acercarse con una pala, bocadillos o material de limpieza a cualquiera de las poblaciones afectadas para ayudar a sus vecinos en sus agotadoras tareas de limpieza?
¿Y cómo no aplaudir la decisión de los Reyes de España de acudir a Paiporta –viaje efectuado parece ser que pese a las reticencias de Pedro Sánchez-- para mostrar su afecto y solidaridad con los valencianos, quedándose para escuchar sus quejas y dolor mientras que el presidente del Gobierno huyó cuando un escolta suyo fue alcanzado por un palo de escoba?