La investigación arqueológica que lleva a cabo el Museu de Prehistòria en el asentamiento ibérico de La Bastida de les Alcusses de Moixent ha dado nuevos frutos. El museo de la Diputació de València ha documentado las primeras evidencias de la red viaria de acceso. En concreto, se han identificado 824 metros de tramos de caminos localizados en la ladera suroriental del yacimiento.
El diputado de Cultura, Paco Teruel, considera que el hallazgo de los 824 metros documentados gracias a estos trabajos de investigación arqueológica “suponen una significativa aportación que contribuirá a mejorar la calidad de la oferta cultural del yacimiento, abierto al público”. Teruel ha destacado “el encomiable trabajo del equipo que encabeza Mª Jesús de Pedro, que desarrolla proyectos de investigación, programas de difusión y actividades didácticas en La Bastida de les Alcusses y el resto de yacimientos arqueológicos de la provincia”.
En opinión del responsable de Cultura, “tan importante es la tarea de conservación de estos restos arqueológicos que forman parte del patrimonio de las valencianas y valencianos, como la accesibilidad de estos yacimientos al público para que todos, mayores y jóvenes, tengamos la oportunidad de conocer cómo vivían nuestros antepasados, las distintas civilizaciones que habitaron estos territorios antes que nosotros”.
Por su parte, la directora del Museu de Prehistòria, Mª Jesús de Pedro, ha detallado que los trabajos “tuvieron lugar durante los años 2020 y 2021 siguiendo una metodología que permitiera reconocer diversas escalas de observación arqueológica. Si bien desde el inicio de las excavaciones, en 1928, se había hecho referencia a la ladera de poniente como la más accesible, hasta ahora no se había documentado en detalle. Así, en estos trabajos se aplicaron técnicas no invasivas en el terreno, como teledetección y prospección superficial pedestre, y se realizaron trabajos de limpieza intensiva de la vegetación y de excavación”.
Nuevas tecnologías
Las tecnologías de información geográfica han sido de ayuda en todo el proceso para la gestión de los datos. Se aplicó el uso de GPS, la modelización con datos de cartografía digital densa, los LiDAR (sistema de captura de datos mediante un sensor láser en medios aéreos que recoge las características de la superficie del terreno) y otras aplicaciones relacionadas con el ámbito geográfico para el estudio de los paisajes arqueológicos, como los sistemas de información geográfica.
Igualmente, la información derivada de la cartografía histórica también ha sido relevante, tanto en papel como digital (Institut Cartogràfic Valencià y Centro Nacional de Información Geográfica), así como las ortofotos, especialmente las series A y B de los vuelos fotogramétricos del Army Map Service de EE.UU. (1945-47 y 1956-57).
La investigación concluye que se pueden vincular los caminos al asentamiento ibérico por la dirección, orientación, técnica y entidad del proyecto constructivo. Esto implica que la fundación de La Bastida de les Alcusses conllevó la planificación y construcción de viales desde el inicio de su ocupación, hacia finales del siglo V o principios del siglo IV a.C. Esta infraestructura distribuiría la circulación rodada, conectando el llano de Les Alcusses, a unos 550 metros sobre el nivel del mar, con el asentamiento, a 730 metros sobre el nivel del mar.
En opinión de Jaime Vives-Ferrándiz, director arqueológico del poblado ubicado en término de Moixent, “los caminos, calzadas o vías son un aspecto material relevante para el estudio de las sociedades pasadas. No sólo facilitan el movimiento de gente, mercancías e ideas, sino que también mejoran la eficiencia, la escala e intensidad de las comunicaciones o de las actividades. Como cualquier otro objeto arqueológico, la descripción, clasificación y análisis comparativo de los caminos puede contribuir al conocimiento histórico”.
Los caminos en época ibérica han sido tratados por la investigación durante las últimas tres décadas a partir de numerosos estudios de asentamientos o territoriales, y se conocen tramos de calzadas indígenas desde los siglos V-IV a.C. “Hay caminos excavados en suelos rocosos para suavizar pendientes en trincheras y encajar las ruedas de los carros en las carriladas, normalmente en el acceso a los asentamientos en altura, y caminos hechos con muros de contención y terraplenes para tramos con pendiente o en llano”, explica Vives-Ferrándiz. El caso más complejo y mejor conocido del primer tipo es la red viaria del Castellar de Meca, en Ayora.
Los 824 metros de caminos documentados en La Bastida de les Alcusses “son una escala extraordinaria para la fecha, porque todos los tramos fechados en el siglo IV a.C. son mucho más cortos”, apunta el director arqueológico, quien plantea que el hallazgo “no es un simple sendero o camino de herradura, sino una infraestructura viaria planificada desde la fundación del asentamiento, facilitando y aumentando las comunicaciones y la escala de las actividades económicas, especialmente del tránsito rodado para mercancías pesadas”.
Las perspectivas de trabajo que se abren con este hallazgo atañen a dos ámbitos: el de la investigación arqueológica y el de la recuperación patrimonial. Por un lado, contribuye a nuestro conocimiento del origen de las infraestructuras de caminos. Futuros estudios definirán mejor la morfología de esta red viaria, las técnicas constructivas y su evolución histórica, así como la relación con la forma urbana, especialmente con las entradas del asentamiento y con el paisaje. Desde el punto de vista patrimonial, este hallazgo puede mejorar notablemente la experiencia de la visita al yacimiento, con la recuperación de parte de los caminos originales y su inserción en los itinerarios de visita.