La Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 21 años y medio de prisión por un delito de asesinato, un delito de robo con violencia e intimidación y un delito continuado de estafa, todos ellos en concurso medial, a un hombre que mató a otro de dos bastonazos en la cabeza y le robó sus efectos personales, el coche y dos tarjetas de crédito con las que sacó dinero durante varios días.
La sentencia, dictada después de que un jurado popular declarara culpable por unanimidad al procesado el pasado 21 de septiembre, impone a éste el pago de una indemnización de 90.000 euros para los familiares directos del fallecido por daños morales.
Durante la celebración el juicio, el penado reconoció los hechos y su defensa se adhirió a las conclusiones del Ministerio Fiscal respecto de la petición de pena y de responsabilidad civil.
Según se recoge en la resolución, el 22 de septiembre de 2017, el condenado, de 37 años, llamó por teléfono a la víctima, de 77 años y a la que conocía por ser ambos de Albaida, para decirle que conocía a unos compradores belgas interesados en un apartamento que el fallecido tenía en Benidorm y quería vender.
Esta oferta de compra, que resultó ser falsa, provocó que el perjudicado se desplazara desde Madrid hasta Albaida, donde se vio con el acusado al día siguiente, 23 de septiembre, sobre las cinco de la tarde.
El condenado llevó al anciano hasta el garaje de su vivienda, un lugar cerrado y con poca luz. Una vez en esa estancia y con ánimo de matarle, le golpeó por sorpresa en dos ocasiones con un bastón en la cabeza. El perjudicado sufrió un fuerte traumatismo con fractura craneal y destrucción de centro vitales encefálicos, lesiones que le provocaron la muerte en el acto.
Tras comprobar que el hombre no tenía pulso, el penado dejó el cuerpo del agredido en el garaje y le robó una maleta de viaje, documentación personal, el coche y dos tarjetas de crédito, de las cuales conocía el número PIN. Con esas tarjetas sacó en un cajero automático de Ontinyent 1.500 euros, operación que repitió al día siguiente en otra entidad bancaria de Agullent.
Ya durante la madrugada de ese mismo día, 25 de septiembre, sacó el cadáver del garaje y lo cargó en el maletero del coche de la víctima para trasladarlo a las afueras de Albaida, donde lo abandonó junto al bastón, tras cubrirlo con escombros, mantas, matorrales y jerséis.
Diez días después, el asesino se entregó en la comisaría de Policía de Ontinyent, donde fue detenido tras señalar el lugar dónde se había deshecho del cadáver.