En el año 2015 la sequía fue un verdadero problema para los vecinos y vecinas de Otos. Su pozo, que tiene alrededor de medio siglo de antigüedad, según explican desde la propia corporación local, no daba más de sí, y un derrumbe en la estructura acabó provocando cortes en el suministro para evitar que el agua turbia llegara a salir por los grifos.
Una situación que motivó la actuación inmediata del gobierno local de esta localidad de la Vall d’Albaida, capitaneado por su alcalde, Mario Mira. “Teníamos que plantear una alternativa para que no volviera a producirse un problema de este tipo”, explican desde el ayuntamiento. En concreto, y ante el ruinoso estado del pozo viejo, la solución pasaba por la construcción de un pozo nuevo, a 250 metros del anterior, que permitiera prestar un servicio en condiciones a los 450 vecinos y vecinas del pueblo.
 
La implicación de la Diputació
Es aquí donde entra en juego la Diputació de València. Los trabajos de creación de un nuevo pozo son demasiado costosos como para que un municipio pequeño como Otos sea capaz de asumir el coste total de la obra. Y aunque la primera fase de perforación, de medio kilómetro de profundidad bajo el suelo, ya está hecha, la instalación eléctrica era inasumible en términos económicos para las cuentas locales.
Y así se ha llegado al convenio firmado entre la Diputació y el Ayuntamiento de Otos, en el que la corporación provincial concederá una ayuda de 150.000 euros para terminar de resolver los problemas de abastecimiento de agua potable a los que hasta ahora se ha enfrentado la localidad. Dicho convenio recoge que el Ayuntamiento de Otos “carece de los recursos suficientes para hacer frente a la actuación”, por lo que los 150.000 euros servirán para sufragar el coste íntegro de la obra, y establece que el Ayuntamiento solo tendría que hacerse cargo de cualquier añadido que supere esa cantidad.