El servicio de archivo de la Mancomunidad de Municipios de la Vall d'Albaida ha participado en la elaboración del Libro Blanco de los Archivos Valencians, una publicación, editada por la Asociación de Arxivers y Gestors de Documents Valencians, y que tiene como objetivo describir la situación de los archivos de nuestro territorio y marcar las líneas para su evolución, así como analizar el impacto de las nuevas tecnologías.
En concreto, el servicio de archivo de la Mancomunidad ha colaborado con la redacción de “La realitat i les propostes de política territorial: els arxius dels pobles”. En este artículo, las archiveras comarcales, Lina Bataller y Neri Arques, hacen un repaso a la situación de los archivos mancomunados y en concreto de la situación en la Vall d'Albaida, además de reflexionar alrededor de las nuevas tecnologías y la aparición de la administración electrónica.
El consejero de Cultura de la Mancomunidad, Fede Vidal, declara que “el servicio de archivo lleva más de 20 años trabajando en la comarca. Es un orgullo que nuestras archiveras comarcales hayan sido invitadas a participar de este proyecto y que la Vall d'Albaida sea tenida en cuenta para reflejar la situación de los archivos en la Comunidad Valenciana y marcar las necesidades y evolución de estos. Como archivero, considero que logramos un importante reto que nos marca la administración electrónica, donde los profesionales de los archivos tendremos que estar desde la génesis del documento para conseguir los retos marcados” explicaba.
Actualmente la Mancomunidad presta este servicio a los 33 municipios de la Vall d'Albaida, haciendo posible que muchos de estos cumplen la ley de archivos que obliga desde 2005 a que todas las localidades de más de diez mil habitantes disponen de personal con la titulación adecuada y, el resto, mancomunan el servicio. Aunque en la Vall d'Albaida, solo Ontinyent supera los debe mil habitantes, el trabajo de la Mancomunidad y la predisposición de los alcaldes y alcaldesas ha hecho posible que la comarca pueda tener un archivo en condiciones, base indispensable para dotar a la administración de transparencia y buen gobierno.
De este modo, los pueblos más pequeños pueden contar con archiveros itinerantes a través de un servicio por módulos. Cada municipio, después de un informe, contrata a la Mancomunidad unas horas determinadas, según sus necesidades. La archivera puede ir varias veces al mes, según el estado del archivo, el tamaño del municipio o los fondos incorporados que puedan hacer que haya un aumento de trabajo.