Una empresa de Ontinyent ha tenido este fin de semana unos visitantes un tanto especiales. La alarma saltó el sábado, cuando un grupo de palomos de competición de distintos propietarios de Aielo se posó sobre el tejado de una nave industrial de Ontinyent. El problema llegó cuando muchos de ellos se colaron por la canal que desde lo alto recoge las aguas pluviales. Fuentes de la Asociación de colombicultura de Aielo explican que generalmente, sueltan los palomos dos días a la semana, sábado y martes; o domingo y jueves. En este caso, el mismo martes se dieron cuenta de que los palomos no habían regresado. Ese mismo día contactaron con el propietario de la nave, que al ser informado de los hechos, dio su consentimiento para que una grúa accediera a los exteriores de la nave a rescatar a los ejemplares que estaban en el tejado, entre ellos, la paloma que sueltan para que los palomos vayan tras ella. Con la grúa pudieron recuperar a algunos de los palomos, pero una cantidad importante había entrado en la canal.

A pesar de los esfuerzos por rescatarlos, la mayoría de los animales no han podido sobrevivir. Hoy lunes, una dotación de bomberos ha acudido a rescatar a los animales, pero por asfixia la mayoría de ellos habían muerto. Los bomberos han conseguido sacar a los animales utilizando agua. Hoy nueve de los ejemplares han podido ser rescatado con vida, pero el resto no ha sobrevivido.
El valor económico de esta pérdida es incalculable (el precio de estos ejemplares oscila según muchos factores, pero los más apreciados por ganar campeonatos internacionales pueden valer entre 8.000 y 10.000 euros) pero sobre todo el coste es incalculable desde el punto de vista del tiempo, esfuerzo y dedicación que los colombicultores dedican a sus ejemplares. 

Una solución para evitar casos como este
Fuentes de la Asociación de colombicultura de Aielo explican que para evitar que los palomos y cualquier otro tipo de ave sufra un accidente como el de este fin de semana, una solución fácil es colocar en la parte superior de las canales una cruz, de manera que los animales no puedan caer al interior de las mismas.