A pesar de que ahora mismo es el menor de los problemas, la realidad es que cuando el país supere el estado de alarma y el confinamiento, tomará fuerza ese problema con las competiciones deportivas, y más concretamente con la que más afluencia genera, el fútbol.

Son muchos los equipos de Ontinyent y La Vall d'Albaida que mantienen entrenamientos en casa por no perder la forma física a expensas de lo que pueda pasar y de la decisión que puedan tomar las autoridades competentes.

La primera en pronunciarse fue la RFEF, que decretó la suspensión de las actividades deportivas hasta que el Gobierno lo considere, dejando de responder a la propia Federación la decisión de retomar o no las competiciones una vez acabe el estado de alarma. La FFCV, la que a más equipos de La Vall d'Albaida afecta, y concretamente a los dos equipos amateurs de Ontinyent, tomó una decisión idéntica a la federación Nacional, por el que la fecha a la que podría retomarse la competición depende ahora del estado.

Distintas posibilidades hay ahora sobre la mesa. Dependiendo de la fecha que el Gobierno decrete la finalización de la prohibición, ya dependerá de las distintas Federaciones, basándose siempre en el que haga la RFEF.

Una de las opciones es la de retomar la liga, aprovechando jornadas entre semana para acabar las competiciones y disputar, aquellas categorías que lo tengan que hacer, los ‘play-offs’. Esta medida, que parece la preferida por las Federaciones, también ha despertado muchas críticas, una de ellas la del Preparador Físico del Atzeneta UE y profesor del campus de Ontinyent de la UV, Robert Tejero, que mediante las redes sociales expresó que “empezar la liga la primera semana después del confinamiento seria atentar contra la salud de los jugadores” y afirma que se necesita “una comité técnico que determine el plazo óptimo para la vuelta a la competición”. Hay que recordar en esta línea, que la parada de los entrenamientos seria, como mínimo, de 1 mes, a pesar de que se espera que sea mayor, unos tiempos de parada que son parecidos a los que hay en verano, y para los que se necesita pre-temporada.

Otra de las opciones es la de aprovechar los meses que normalmente son de parada, como julio, para acabar las competiciones después de una puesta a punto de los equipos, con el incoveniente de los contratos, que suelen acabar el 30 de junio, por lo que se necesitarían acuerdos.

Las otras posibilidades, que aunque las Federaciones descartan ahora mismo la gente empieza a pensar que así será, es la de dar por finalizadas las ligas, y ahí valorar si es más justo darla por suspendida, sin ascensos ni descensos y hacer como si todos los meses de competición no hubieron pasado, o la de acabar y mantener las posiciones actuales.
En las competiciones con ‘play-offs’, en caso de decidir la segunda opción, suena con fuerza que serían los primeros clasificados los que subirían directamente, sin la disputa de esta promoción de ascenso.

Habrá que esperar para ver qué se decide finalmente, pero estas son las opciones reales que se barajan, y que dependiendo cuál se tome beneficiaría o perjudicaría a los equipos ontinyentins, sobre todo al Ontinyent 1931, de quien una decisión puede decidir la categoría en la que jugará la próxima temporada.