- ¿Por qué optó para estudiar en el Campus Ontinyent?
- Empecé Enfermería en Tortosa, pero finalmente pude entrar en Ontinyent y cambié. Como soy de Tavernes de la Valldigna, aunque ya llevaba dos semanas a Tortosa, cuando me llamaron de Ontinyent decidí cambiar porque estaba más cerca de casa y podría volver todos los fines de semana con mi familia.
También me animó formar parte de la primera promoción de Enfermería del Campus Ontinyent.
- Por lo tanto, ha estado cuatro cursos en Ontinyent.
- Sí, aunque este último curso, como que son todo prácticas, opté por el hospital de Gandia, ya que lo tengo más cerca. Durante los tres primeros años compartí piso con otros estudiantes del campus, tanto de mi carrera como otros.
- ¿Cuáles fueron las primeras impresiones cuando llegó a Ontinyent?
- Al principio, tuve un poco de miedo, porque el curso ya había empezado, pero me adapté. Noté que en Ontinyent los grupos eran más pequeños, lo que permite un contacto más directo con los compañeros y el profesorado.
- ¿Qué balance hace?
- La verdad es que no me lo esperaba. Como hemos sido la primera promoción, notamos la falta de experiencia. Posiblemente, las promociones que han venido a continuación de la nuestra, esa falta de experiencia ya no la han sufrido.
En el apartado positivo, destacaría que es un campus muy familiar, donde los profesores nos conocen, algo que sé que en campus más grandes no pasa, porque son mucha gente y no los llegan a conocer.
- ¿Cómo les afectó la pandemia?
- El curso pasado hicimos prácticas y después pasamos a docencia en línea.
- ¿Qué le ha aportado estudiar Enfermería y más en unos años tan complicados para el personal sanitario?
- A mí, personalmente, la pandemia no me ha hecho cambiar mi idea de ser enfermera. Es más, estudiar Enfermería me ha hecho ver que no solo es pinchar y determinadas funciones más. Yo me he dado cuenta de que es mucho más, es acompañar al paciente, la importancia que tiene la Enfermería. De hecho, hace falta más personal para Enfermería, porque así no tendrán que tener asignados a tantos pacientes. Era algo que ya pasaba antes de la pandemia y ahora todavía más.
- En Ontinyent están contruyendo un hospital nuevo, ¿le gustaría, si surgiera la oportunidad, trabajar en el nuevo hospital de Ontinyent?
- Sí, claro. Ontinyent es dónde he estudiado 4 años y es una ciudad a la que siempre le tendré aprecio.
- ¿Qué destacaría de la ciudad?
- Es una ciudad que me gusta porque tiene de todo, aunque para la vida de estudiante, le falta tener más lugares donde poder ir a tomar algo o reunirse con otros estudiantes.
Lo que también me gustaría pedir es que se mejore el transporte público en Ontinyent, especialmente, el tren. A mi caso, la difícil combinación para llegar desde Tavernes hizo que al principio me tuvieron que llevar mis padres hasta que me saqué el carné de conducir. Conozco a otras compañeras que no tenían coche y que han tenido muchos problemas para llegar a las localidades donde tenían que hacer las prácticas en los centros de salud. Solucionar este problema de comunicación pienso que es muy importante.
- Hablaba del aspecto positivo que supone tener un campus pequeño, no masificado, que permite una docencia más personalizada y un ambiente más familiar. ¿Recomendaría este tipo de campus?
- Sí, lo recomendaría, porque cuando necesitamos preguntar cualquier cosa al profesor todo es más fácil. También con los compañeros hemos hecho grupo muy fácilmente, nos conocemos todos, mientras que en campus más grandes, sé que los propios compañeros de aula ni se conocen.