El colegio Santa María ha iniciado curso con nuevo equipo directivo. Andrés Navalón toma las riendas de la dirección pedagógica, en sustitución de Isabel Mollá, de quien destaca que ha sido guía y referente, así como su dedicación incansable
- ¿Cuándo empieza su vinculación al colegio?
- Empecé ahora hace diez cursos. Entré para cubrir una parte de las horas de una maestra, que daba muchas áreas diferentes. Entonces se permitía repartir las materias. Yo me hice cargo de las asignaturas de Ciencias Sociales, y a partir de ahí, me impliqué en distintas actividades que el colegio realizaba. Al año siguiente continué en el colegio. Estuve un año de tutor y al poco tiempo hubo un cambio de equipo directivo en el que a mí me propusieron ser jefe de estudios con Isabel como directora.
- ¿Cómo afronta el cargo?
- Isabel Mollá ya llevaba unos cuantos años como directora, con los dos últimos con unas circunstancias muy complicadas por el covid, algo que a nivel personal y emocional es agotador. Ha sido una guía y un referente en su tarea como directora pedagógica. Su dedicación ha sido incansable en todo momento. Siempre ha transmitido alegría y entusiasmo.
Creo que el encargarse de la dirección y los otros cargos directivos al final es un servicio. Son unas funciones que se tienen que hacer, aunque a los docentes lo que nos gusta es estar cuanto más tiempo en el aula, mejor. Al final, sabes que durante unos años tienes que dejar un poco de lado lo que más te gusta, que es estar con los alumnos, y encargarte de la parte directiva, que cada vez conlleva más burocracia y papeleo. El aula es nuestro espacio de libertad.
- ¿Qué objetivos se ha marcado?
- Continuar la dinámica y potenciar los cambios que hace seis años el equipo directivo empezamos a implantar, con la idea de cambiar la imagen del colegio y dar paso a la innovación. Queremos que, poco a poco, la innovación no pare. Pensamos que debe estar cada vez más presente en nuestras aulas. Lo que queremos es que nuestros alumnos cuando salgan tengan cada vez más herramientas para poder afrontar el mundo que les rodea. La educación clásica, basada en memorizar datos tiene los días contados. Hace falta una parte de eso, es indispensable saber utilizar la memoria y retener información, pero también tener herramientas para utilizar la tecnología de manera correcta, saber desenvolverse de manera oral en distintos ámbitos... y es también muy importante saber trabajar en grupo de manera cooperativa.
La idea es profundizar en esta innovación, al tiempo que nos reafirmamos como centro católico perteneciente a la red de colegios diocesanos de la Archidiócesis de Valencia. Es una gran suerte estar acompañados por 66 colegios, lo que da mucha fuerza para emprender proyectos comunes. Por ejemplo, antes del covid hacíamos encuentros comunes de colegios diocesanos, lo que permite a nuestros alumnos conocer a otros de otras localidades y eso da mucha riqueza.
Otro ejemplo es el proyecto conjunto estamos preparando con un colegio de Alcoy y otro de Banyeres.
En tercer lugar, seguimos mejorando el edificio antiguo. Tenemos en mente varias cosas importantes. La idea es potenciarlo, especialmente algunos espacios como el salón de actos.
- Es el tercer curso con el nuevo edificio en marcha, ¿cómo les ha ayudado a afrontar la pandemia?
- Ha ayudado y mucho. Sin este edificio, no hubiéramos podido atender de forma presencial a todos los alumnos. La ampliación nos permitió garantizar toda la presencialidad de la etapa de ESO. El laboratorio y la biblioteca los reconvertimos en aula ordinaria. El comedor, por otra parte, al ser más grande permitía que los alumnos pudieran comer y mantener los grupos burbuja. En la planta de dirección hemos podido seguir prestando atención personalizada a los alumnos por parte de la orientadora, tanto de primaria como secundaria. Algo que nos consta que en otros centros han tenido muy complicado.
- ¿Va a retomar el centro actividades como los musicales?
- El proyecto del musical tenía tres patas: coro, teatro y coreografía. El coro ha retomado ya los ensayos desde abril, en el patio y con la distancia recomendada. Para un musical es más complicado, porque incluye cambios de vestuarios y un espacio abierto limita mucho. Respecto al grupo de teatro, hay varios profesores que están valorando cómo retomar la actividad manteniendo las distancias y demás normas.
- ¿Cómo han vivido el inicio de curso?
- El año pasado, cuando volvimos habíamos estado medio año sin pisar un aula. Al principio, se tenía muy presente las distintas restricciones. Este curso, es cierto que puede haber un poco más de relajación, pero las normas se mantienen y se siguen cumpliendo, aunque las familias se han acostumbrado a convivir con el covid, para bien y para mal. En nuestro caso, es una suerte que el Ayuntamiento nos permita cerrar la calle, lo que permite una mejor movilidad de las familias y ayuda a evitar las aglomeraciones en los momentos de la entrada y la salida. Yo diría que no se le tiene tanto miedo, pero hay respeto.